Improbable © (SGL3) [Cristiana]

Capítulo 17: Miel ♔︎

Las moscas muertas hacen heder y dar mal olor al perfume del perfumista; así una pequeña locura, al que es estimado como sabio y honorable.
Eclesiastés 10:1

Sharon
Viernes 21 de abril

Mi padre me mira desde el espejo retrovisor. Ha decidido llevarme al hospital a ver a Samuel. Agacho la mirada debido a la vergüenza. Jamás debió haber pasado esto.
Una hermana le colocó una inyección de epinefrina del botiquín de emergencia,gracias a Dios había.  Después vino la ambulancia a recogerle. Antonio le acompañó al hospital donde trabaja su madre.

—La idea era ganar no llevarlo al cielo - dice mi padre en un afán de bromear.

—Ni arruinar mi día ¡Menos mal alcance a recibir la medalla y la copa! -comienza y no se detiene.

Escucho algo del dialogo entre ella y mi padre que pide que se modere. Oero no lo hace.
Me llevo una mano al pecho tratando de respirar como seguramente hizo Samuel hace unís minutos. La opresión no de detiene y dudo que lo haga. Cierro los ojos y me obligo a respirar hondo.

Sunshine lleva diez minutos reclamándome haberle quitado su momento de gloria y mi cuerpo no cesa de temblar. Aunque no digo nada porque en realidad se que lleva razón.  Mi padre frena en un semáforo.

—¡Sunshine !—brama mi padre, enfadado —No creo que a Sharon le guste estar en esta situación. Sentimos lo que ha ocurrido pero ya basta ¿Okay?

Ella se abraza a su copa. Mi madre está con Willow y Leslie en casa y yo estoy en el asiento del copiloto.

Puedo observarla desde el espejo retrovisor. Aprieto los labios y parpadeo. Mis ojos se humedecen. Me obligo a no derramar una lágrima.

Mi padre toca mi hombro y le miro. Su mirada cansada me transmite paz.

— Él está bien. No te angusties más — me pide.

Y la presión del pecho, cesa.

***

Al llegar al hospital preguntamos a Antonio por la habitación de su hermano. El nos dice el número y comienza a hablar con Sunshine. Ella dice que quiere ir conmigo sin embargo mi padre me pide que vaya sola.

-¡No es justo!

-Shine, ella debe disculparse. Luego irás tu con Tom a verle

Ella tuerce los ojos, disgustada.

Camino por el largo pasillo. Hay un silencio profundo al ser de noche y lo único que se escucha en la estancia son mis tacones.
Quizás lo mejor es renunciar a ellos.

Llamo a la puerta. Escucho su voz diciendo que pase y entro.

Su rostro esta rojo,sus ojos verdes tienen un matiz del mismo tono y en uno de sus brazos le han colocado una vía. Bajo sus ojos hay unas ojeras marcadas y su pelo está casi al cero. Lleva una bata blanca que le hace ver aún mas enfermo. Trago saliva y camino con lentitud deseando salir corriendo por la vergüenza.