Sam detesta a Sharon.
Sharon es la definición de realeza.
Todo se tuerce cuando él inicia una guerra de bromas con ella.
¿Quién ganará?
𝒐𝒉 𝑫𝒊𝒐𝒔, 𝒕𝒖́ 𝒆𝒓𝒆𝒔 𝒎𝒊 𝑫𝒊𝒐𝒔; 𝒚𝒐 𝒕𝒆 𝒃𝒖𝒔𝒄𝒐 𝒊𝒏𝒕𝒆𝒏𝒔𝒂𝒎𝒆𝒏𝒕𝒆. 𝑴𝒊 𝒂𝒍𝒎𝒂 𝒕𝒊�...
Fieles son las heridas del que ama; Pero importunos los besos del que aborrece. Proverbios 27:6
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
SemeespachurraelcorazónalpensarenmibebéSam 💕😪
Sharon Lunes 23deMayo
—Dejame explicarte — comienza Samuel. Se le nota nervioso. Toca mi hombro y quito su mano. No quiero que me toque.
Deseo no verle más en todo lo que me queda de vida. Puedo sentir mi ser arder de dolor.
— No necesito tus explicaciones — respondo —¿Esto es lo que querías ? —pregunto señalándome — Llevar hasta el límite mis emociones y mis miedos
—Escucha yo...
— No volveré a usar tacones pero tampoco volveremos a hablarnos. Has ganado Samuel. Venciste.
Me miro los pies y recuerdo que tengo sus zapatos. Me los quito y se los devuelvo. Extiende sus manos en automático y los coge.
—Espera yo...— trata de decir él. Camino hacia Sunshine y la rabia me hace olvidar la sensación del suelo sobre la planta de mi pie. Christian se acerca.
— Sharon dejame explicarte...
Mi mirada debe ser contundente porque se calla al instante. Se aleja un paso.
Veo a mi padre tras mi hermana y no me importa nada más. Corro hacia él y lo abrazo. Ni siquiera pregunto que hace aquí. Solo quiero volver a casa.
— Vamos Sharon — susurra.
Sunshine tiene una linterna con la que alumbra el camino. Dice que sabe volver pero no pregunto cómo.
—Te he traído zapatos — dice mi hermana y me entrega unas zapatillas. Me las coloco con rapidez y continúo. Camino abrazada a mi padre
— Tenemos que hablar — dice mi padre sin soltar su brazo de mis hombros. Pienso en el beso, estoy más que avergonzada. No debí permitir aquello. Él y yo no tenemos ninguna relación y mucho menos algo serio o formal. Ha sido una reacción impulsiva.
—En casa —respondo.
Cuando llegamos al coche de mi padre nos subimos en silencio. Hago un enorme esfuerzo por contener mis lágrimas.
No nos hemos encontrado con Antonio, Samuel o Christian así que imagino que han salido por otro lado.
— Yo quiero decirte que...—comienza mi hermana.
— Ahora no — pide mi padre con firmeza. Ella refunfuña pero no dice nada más. Sunshine se acerca a la radio y sube el volumen. Canta.
Yo no tengo fuerzas para cantar. Mi corazón está destruido.