Ella

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[Nota: fem×fem, aunque es bastante irrelevante]

NARRA (T/N)

Estoy sola en mi habitación mientras oigo las gotas de lluvia chocar repetidamente contra la caja de la persiana. Es ya de madrugada, pero no puedo dormir. He tenido un día increíblemente largo y hace pocos minutos que me he metido en la cama.

Las lágrimas descienden por mis mejillas a la par que las gotas caen del cielo. Lo único que tengo en mente es lo horrorosamente mal que me veo y lo patética que debo parecer.

Necesito salir de casa cuanto antes. Me da igual la hora y el tiempo, no puedo seguir aquí o me terminaré de hundir y acabaré haciendo una locura. Es por ello que no me basta más que un rápido pensamiento, una idea fugaz cruzando por mi mente, para abrir la ventana de mi habitación y salir por esta. Ventajas de que esté en un primer piso.

En cuanto estoy fuera dejo que la lluvia me empape por completo y echo a andar hacia la calle. Es martes por la noche y a penas se ve nadie. Solamente pasan algunos coches por la carretera principal de trabajadores nocturnos o más gente que, al igual que yo, solamente desea escapar de la realidad en la que vive.

Me meto las manos en los bolsillos y noto los auriculares. No sabía que los llevaba, pero eso no me impide conectarlos al móvil y poner algo de música suave para acompañar mi viaje. La melodía que sale de los cascos se funde con la que hace el agua al impactar contra el suelo, creando una nueva sinfonía.

Minutos después llego a mi destino, el parque. Me siento en uno de los bancos y miro al cielo. Cierro los ojos en cuanto siento las gotas entrar en estos y dejo que mis lágrimas y las de las nubes se mezclen por completo.

Intento dejar la mente en blanco. Los pensamientos que cruzan por esta son de lo más desagradables y no me apetece que sigan ahí. Me cuesta, pero se ven totalmente opacados cuando siento una presencia a mi lado. Abro los ojos y la veo a ella. Una chica de pelo rojizo y ojos azulados me sonríe suavemente a la par que toma mi mano y desliza sus dedos entre los míos. Sin decir nada se apoya en mi costado y acaricia mi fría mano. Me da un beso en el hombro justo antes de recostar la cabeza en el mismo.

-Sabía que estarías aquí- dice lo suficientemente alto como para que la escuche. Yo no respondo nada-. No respondías a mis mensajes así que me he preocupado.

-Lo siento, tengo el móvil en silencio- murmuro apretando un poco el agarre de nuestras manos.

-No pasa nada amor- me mira y yo la imito. Me sonríe de nuevo achianando un poco los ojos y no puedo evitar sonreír yo también. Su expresión es demasiado hermosa como para ser capaz de reprimir la mía.

Me da un beso en la mejilla  se arrima un poco más a mí sin decir nada. No necesitamos palabras. Su mera presencia es más que suficiente para cesar las lágrimas y destensar mis músculos. Solo la necesito a ella.

-Pero si ella no está- me recuerda una áspera voz en mi cabeza. Me giro de nuevo hacia donde debería estar la chica y no veo a nadie-. Se fue hace mucho- me vuelve a recordar.

Es cierto. A veces se me olvida.

Ella era mi gran amor, pero no pude hacer nada cuando decidió terminar con todo e irse. Me pidió que hablara con las estrellas siempre que la necesitara a ella.

Miré al cielo de nuevo y lo único que vi fueron nubarrones oscuros.

-Parece que hoy no podremos hablar- digo suavemente a la par que empiezo a llorar de nuevo.

Nos despedimos en este lugar un martes por la noche hace poco. La conversación fue al revés que la que he creído tener con ella hoy. Me pidió que la olvidara y buscara a alguien con quien me pudiera quedar para siempre. Le dije que no podría olvidarla por mucho que quisiera y ella sonrió con tristeza antes de pedirme un último favor.

-Prométeme que no vendrás conmigo hasta que seas mayor y vengas a tomarme de la mano- me dijo suavemente-. Vive hasta entonces, por favor- la sonrisa sobre sus labios se ensanchó y no pude hacer más que empezar a llorar. Temía el momento en que esto pasara. Ella no borró su expresión y me retiró las lágrimas con cuidado-. Siento irme- susurró antes de juntar su frente con la mía.

-Quédate conmigo- le imploré estallando en llanto.

-No puedo, lo siento- se separó de mí y me dio un beso en la frente antes de levantarse del banco donde ambas estábamos sentadas. La imité y tomé su muñeca con extremado cuidado. Sabía perfectamente todas las heridas que había por la zona y no quería hacerle daño.

-No me dejes, por favor- solté un sollozo más fuerte que los anteriores y ella se quedó en silencio durante unos instantes. Luego se acercó a mí, tomó mis mejillas y me dio un beso suave y corto.

-Lo siento mucho amor- se separó un poco-. Sabes que no puedo seguir con esto- tomó mis manos entre las suyas-. Recuerda que siempre te he amado y que siempre lo haré- me besó la frente y se fue sin decir nada más. Me quedé llorando donde estaba, completamente inmóvil.

Al día siguiente me dijeron que se había ido para siempre.

Desde entonces siempre que a necesito vuelvo al lugar donde la vi por última vez, incapaz de seguir a delante sin ella.

Lo único que me mantiene viva es su petición de darle la mano cuando ya sea mayor.

----------🗿👨‍🦲----------

Buenasssss

Espero que os haya gustado el shot♡

Necesitaba desahogarme y hacía siglos que no escribía nada. La verdad es que me ha ido bien. Gracias por leerlo♡♡

Siento mucho no tener tiempo para escribir. Ya os avisaré la próxima vez que suba algo.

Os quiero mucho♡♡♡

-Pistacho Perezoso

One-shots Kozume Kenma × readerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora