One-shots Kozume Kenma × reader

Speedrun

[Nota: aquí Nekoma es un internado pq yolo

Nota 2: un speedrun es pasarse un juego lo más rápido posible. Suelen usarse hacks y esas cosas]

NARRA KENMA

En mi habitación del insti éramos tres hasta hace como una semana. En teoría (y no sé exactamente por qué) son de cuatro, pero al ser impares quedemos Tora, Fukunaga y yo solos en una. Pero eso cambió cuanto entraron dos chicos nuevos. Bueno, un chico y una chica. Y nos acoplaron al chico, un tal Satoshi.

En fin, como sea.

Hasta dentro de una hora no tenemos que bajar a cenar así que estoy plácidamente tirado en mi cama jugando a Monster Hunters hasta que Tora irrumpe de golpe en la habitación, haciendo que frunza el ceño.

-¡Kenma tienes que ver esto!- exclama justo antes de colocarse a mi lado y tomar mi brazo para que me levante.

-Déjame jugar- hago mala cara, pero poco le importa.

-¡Hazme caso por una vez en tu vida y ven!- suspiro pesadamente y me levanto de mi lugar para seguirle. Bajamos hasta el vestíbulo y giramos a la derecha para ir a una gran sala con un montón de sofás que se supone que es para que los residentes descansen y se relacionen entre ellos. También hay un par de consolas para echar unos piques. Aunque muy relajados no se les ve. Literalmente están todos apiñados alrededor de la tele. Miro a mi acompañante extrañado puesto que sabe perfectamente que no me gusta bajar a la sala y mucho menos si está tan llena.

-¿Seguro que hay que ir?- asiente efusivamente y me arrastra hasta donde está toda esa gente, Kuroo incluido. Es por ello que al verle me acerco a él-. ¿Qué pasa?

-Hay una chica jugando a uno de esos juegos tuyos, pero está usando hacks o no se qué y como en quinze minutos ya está donde el jefe final. ¿Quieres ver?- asiento puesto que la curiosidad ha llegado a mí y él nos cuela hasta detrás del sofá. Efectivamente en el mismo hay una chica con los Joy-con en la mano totalmente concentrada en lo que aparece en la pantalla. Cuando soy capaz de despegar la vista de ella miro al mismo lugar que ella y veo que se está haciendo el speedrun del Breath of the Wild. Al lado tiene el móvil con un cronómetro que marca 18' 57''.

Algo anonadado miro hacia mi derecha para pedir una explicación a mi mejor amigo ya que no sé quién es esa chica, pero me encuentro con que no está. Al principio me agobio un poco puesto que estoy rodeado de gente, pero me desconcentro de ello al centrarme en el televisor. Me sumerjo completamente en los píxeles que se ven y olvido todo lo demás. Pocos minutos después la chica se ha pasado el juego así que para el cronómetro.

27' 23'; mucho mejor que mi marca.

Pese a ser un gran resultado (a penas se ve un par de minutos del récord mundial) frunce el ceño.

-¿Cuánto?- le pregunta Satoshi (mi nuevo compañero de cuarto) mientras se sienta a su lado.

-Veintisiete con veintitrés, como siempre- suspira resignada-. O cambio algo en los hacks o no voy a bajar el tiempo. Tendré que darle un par de vueltas al asunto. Otra vez...

-Sigo sin entender por qué te molesta tanto un tiempo así. Literalmente son solo dos minutos más al récord, ¿dónde está el problema?

-En esos dos malditos minutos. Si se puede hacer en menos, ¿por qué tardo tanto? Dos minutos son más de los que crees- suspira por segunda vez y sale del juego. Se estira en su lugar y se levanta para dejar los mandos en la consola y apagar la misma. Al darse la vuelta para irse se sorprende un poco. Probablemente no había notado nuestra presencia.

Nos mira a todos y cada uno de nosotros y cuando es mi turno nuestros ojos se encuentran. Ninguno dice ni hace nada, simplemente nos quedamos mirando durante unos escasos instantes.