ㅤㅤㅤchapter twenty five

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EL DÍA DEL BAILE DE LA REINA HABÍA LLEGADO, varios días habían transcurrido desde el encuentro de la mujer con la pareja, días en los que Helena había visitado el palacio para trabajar en el vestido de su majestad gracias a que le habían otorgado una habitación especial para que ella pudiera trabajar sin que nadie la molestara, con la posibilidad de consultar a la reina e ir mostrándole el avance del mismo, realizando numerosas pruebas para que todo saliera absolutamente perfecto. Y la mujer estaba sumamente encantada con lo que Helena estaba creando, y no solo aprovechaba para ver como avanzaba todo en su vestido, sino que también aprovechaba para conocer un poco más a la joven costurera que había logrado intrigarla y ganarse un poco de su afecto con ese carisma que la joven de ojos azules tenía.

Durante esa semana, Helena también había recibido varias visitas por parte del vizconde Bridgerton cuando aún era demasiado temprano para que hubiera alguien en la tienda, diciendo que tenía asuntos que atender por la zona y que había aprovechado a pasar para verla algunos minutos, permitiéndoles un pequeño tiempo a solas, disfrutando de la compañía del otro mientras desayunaban juntos. Y también cuando era demasiado tarde, al punto de que poca gente quedaba circulando por las calles y era ya el momento de cerrar la tienda, momento que Anthony aprovechaba para escoltar a la joven hasta su hogar con la excusa de que no era seguro que deambulara sola por la noche y que se sentiría más tranquilo si el veía con sus propios ojos que ella ingresaba a salvo a su hogar, aunque no siempre ingresaba sola porque no siempre el joven regresaba a pasar la noche a la mansión Bridgerton.

Y ella sabía que eran excusas, porque ella sabía cuándo él estaba mintiendo, porque Helena sabía que Anthony era un terrible mentiroso. Cada vez que decía alguna de esas excusas para pasar por la tienda, incluso cuando habían acordado no hacerlo tan seguido para no levantar sospechas, el joven vizconde tenia la tendencia de evitar su mirada, de usar un tono un poco más agudo e incluso tartamudear ligeramente. Pero Helena adoraba aquello, adoraba que Anthony buscara cualquier excusa para pasar tiempo a su lado, porque le gustaba ver que anhelaba su compañía de la misma forma en que ella lo hacía.

En varias ocasiones Violet Bridgerton había encontrado a Anthony regresando a la mansión bien temprano por la mañana, antes de que sus hermanos despertaran, tratando de no ser visto por nadie, pero claramente aquello no había funcionado con la mujer que lo conocía como la palma de su mano. Y ante esos encuentros Violet simplemente le dedicaba una mirada burlona, que Anthony prefería ignorar para dirigirse a su habitación, al igual que había ignorado en varias ocasiones los comentarios de su madre durante el desayuno con sus hermanos, comentarios con un doble significado que solo Anthony era capaz de identificar y gracias a los cuales no sabía si adorar o maldecir a su madre por actuar de esa manera.

En ese momento Helena se hallaba en la entrada del palacio, con un vestido sumamente precioso, de un estilo similar al que había utilizado en la fiesta realizada en Aubrey Hall semanas atrás, su cabello recogido y sus labios de un suave tono carmesí. La joven costurera había asistido al palacio horas atrás para ayudar a la reina, por pedido suyo para sorpresa de la joven, a colocarse el vestido y terminar los últimos detalles del mismo al igual que de los zapatos que iban a juego, permitiéndole llevar al palacio el atuendo que utilizaría para cambiarse en la habitación que le habían otorgado y así evitar que tuviera que regresar a su hogar y retrasarse para el baile.

Helena hizo una reverencia cuando una familia de renombre pasó por su lado para ingresar al salón, aguardando la llegada de su hermano y su tía con ansias. La joven costurera sabía que regresarían esa misma tarde del viaje de negocios, justo a tiempo para prepararse y asistir al baile, por lo que se encontraba esperando en las puertas del palacio el reencuentro con ellos.

— Así da gusto ser recibidos. —la muchacha giró su rostro, las comisuras de sus labios alzándose en una sonrisa cuando notó a los miembros de la familia Bridgerton, aquellos que tenían permitido participar de eventos como ese gracias a su edad, acercándose hacia las puertas dobles donde ella estaba de pie. Colin encabezando la marcha junto a su madre, Violet.

𝐏𝐀𝐏𝐄𝐑 𝐑𝐈𝐍𝐆𝐒 ¹ | a. bridgertonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora