— ¿PUEDES RECORDARME POR QUÉ ACEPTASTE? Empiezo a creer que eres masoquista y en verdad te gusta sufrir Helena.
Una semana había transcurrido desde la fiesta por el compromiso de Anthony y Edwina. Una semana desde que Helena había visto a Anthony por última vez, una semana desde que todo se había finalmente acabado como un completo y total desastre, dejando a Helena con su corazón hecho trizas, con sus ilusiones arrastradas por el piso, con esa fantasía que alguna vez se había imaginado golpeando ahora contra la dura realidad.
Y como si su pesar no fuera suficiente, gracias a algo desconocido por todos la boda entre el vizconde y la joven Sharma ya no se celebraría en un mes como había sido acordado, sino que se llevaría a cabo esa misma semana, más precisamente esa misma tarde, y lo que Helena menos quería hacer era pensar en eso, pero parecía que la vida se empeñaba en agregar aun más sal en la herida que tenia en su pobre y estropeado corazón.
— ¿Crees que no intenté negarme? ¿Crees que en verdad elegí hacerlo porque me encanta la idea?
— Elegiste enamorarte de mi hermano, así que a estas alturas del partido ya no sé qué tanto confiar en tu juicio y toma de decisiones. —el muchacho soltó una carcajada cuando un retazo de tela cayó sobre su rostro.
Helena frunció el ceño— Yo no escogí tener sentimientos por él, ¿crees que si pudiera elegir lo habría elegido justamente a él con lo difícil que hace todo? Él se la pasó diciendo que yo era una mujer imposible, ¿y él? No es como si el fuera el hombre más fácil de tratar, claramente el me lleva la delantera cuando de personas imposibles hablamos. —murmuró apretando con fuerza la tela que tenía entre sus manos.
— Tienes razón, si pudieras me hubieses elegido a mi ¿no?
— Oh claro, si eso te ayuda a descansar por las noches. —respondió la joven dedicándole una sonrisa burlona.
— Yo sé que sí. —Benedict le guiñó un ojo para luego darle un sorbo a la taza de té que había frente a él mientras la joven continuaba con los detalles del vestido frente a ella— Ahora, explícame una vez más como es que terminaste con esto, porque mi cerebro no termina de entender como es que terminaste en esta situación, ¿acaso no sabes decir que no?
— Por supuesto que sé decir que no, pero es difícil cuando ruegan con esos malditos ojos de cachorro. —se quejó la joven, soltando un quejido de dolor cuando uno de los alfileres pinchó la yema de su dedo una vez más— Joder... —susurró tomando un pañuelo para secar la gotita de sangre que había salido de la herida.
— Creo que estás un poco alterada querida. —Benedict llevó una vez más la taza a sus labios tratando de no reír ante la mirada que Helena le dedicó.
— Oh, no me digas. ¿Acaso tu no estarías alterado si estuvieras en mis zapatos? ¿No estarías alterado si tuvieras que realizar el vestido de novia para la mujer que va a casarse con la persona por la que tienes sentimientos y que básicamente te rechazó por un estúpido deber que cree que debe cumplir? ¿Crees que puedo estar tranquila?
Benedict suspiró, colocándose de pie y tomando la otra taza de té entre sus manos— Creo que deberías tomar un poco de tu té e intentar calmarte, ten, dale un sorbo. —soltando un suspiro, Helena bebió un poco para luego mirar a Benedict con sus ojos cargados de pena.
— Juro que intenté decirle que no, incluso mi tía se ofreció a hacerlo por mí cuando vio que traté de cederle el trabajo a ella. Pero Edwina es demasiado dulce y me rogó que hiciera su vestido para ella, no detuvo sus súplicas hasta que finalmente acepté, y acepté porque me sentí culpable Benedict. —hizo una pequeña pausa, pasando sus manos sobre su rostro con frustración— Me sentí tan culpable de saber todo lo que ocurrió y de lo que ella no tiene siquiera idea, y entonces pensé que, aunque ella no tenga conocimiento de eso yo la dañé, y sé que hacer su vestido no va a borrar todo lo que ocurrió, pero me ayuda a disminuir, aunque sea un poco, toda la culpa que siento cada vez que la veo. —la joven costurera tomó un lazo blanco para asegurarlo al vestido— Edwina es una chica increíble y no merece nada de todo esto, en verdad me siento una persona terrible.
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𝐏𝐀𝐏𝐄𝐑 𝐑𝐈𝐍𝐆𝐒 ¹ | a. bridgerton
Hayran Kurgu"Me gustan las cosas brillantes, ¿A quién no? Pero nada de eso me interesa, créeme, me casaría contigo usando incluso unos simples anillos de papel" "Siempre detesté los accidentes, que las cosas se salieran de mi control. Pero me gusta esto, me gus...