ㅤㅤㅤepilogue one

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VARIAS SEMANAS HABÍAN PASADO DESDE EL BAILE ORGANIZADO POR LA REINA, varias semanas desde que el compromiso entre el vizconde Anthony Bridgerton y la costurera Helena Hamilton se había hecho público, y claramente los comentarios sobre ese gran acontecimiento no se habían hecho esperar.

Algunos, sobre todo las madres desesperadas porque sus hijas pudieran casarse con alguien del nivel de un Bridgerton, decían que les resultaba sumamente injusto que la joven costurera tuviera la posibilidad de casarse con Anthony, argumentando que ni siquiera era parte de la alta sociedad como para merecer aquello. Otros mencionaban que habían notado algo entre el vizconde y la muchacha, que se veía una chispa, una química entre ambos y que ciertamente hacían una muy bonita pareja. Y después estaban aquellas personas que no desperdiciaban la oportunidad para intentar armar revuelo, tratando de extender rumores como que Helena había interrumpido la boda de Anthony y Edwina, que Anthony había dejado plantada a Edwina por Helena o que ambas jóvenes habían tenido un gran altercado para ver quien se quedaba con el joven Bridgerton.

Helena en varias ocasiones había tenido que pedir, de la manera más amable posible, a las mujeres y jóvenes que se habían acercado a Modiste con la intención de entrometerse en su relación con Anthony, en un intento por saber detalles de la misma. Y es que la joven era consciente de que no era solo para saber cómo es que habían llegado al compromiso, para saber sobre su "historia de amor" sino que buscaban algo con lo tratar de arruinar su imagen, en un desesperado intento porque el vizconde se alejara de ella para que sus hijas tuvieran una nueva oportunidad. Violet le había advertido sobre aquello, y cuanta razón tenía esa mujer.

Incluso Lady Whistledown había hablado durante esas semanas sobre la pareja en varias ocasiones, pero no de una forma despectiva o tratando de arrastrar la imagen de ambos por los suelos como algunos habrían esperado, sino que comentando lo bonita que esa pareja le resultaba y que eran un claro ejemplo de que aún podía hallarse el amor verdadero. Y es que desde el anuncio del compromiso se había vuelto algo frecuente el ver a Anthony y Helena compartiendo su tiempo juntos, dando algún paseo por el parque junto a los hermanos menores del vizconde, asistiendo a algún que otro baile junto al resto de los Bridgerton o incluso viendo la presencia de Anthony junto a Eloise y Augustus en la tienda donde Helena aún continuaba trabajando.

Si bien durante los primeros días todo había sido un completo caos, y a donde fuera que algunos de ellos fueran las miradas curiosas no dejaban de seguirlos, con el paso de los días la situación fue menguando, claro hasta ese momento, puesto que había llegado el día que más de uno estaba esperando.

Había finalmente llegado el día de la boda entre Anthony Bridgerton y Helena Hamilton.



HELENA SOLTÓ EL AIRE LENTAMENTE EN UN INTENTO POR CALMARSE, estaba segura de que si alzaba su mano en el aire podría ver como esta temblaba, dejando ver lo nerviosa que se encontraba. Aún era demasiado temprano, ni siquiera había amanecido por completo, el sol apenas estaba saliendo, pero ella no podía seguir durmiendo, con mucha suerte había logrado dormir unos cuantos minutos en toda la noche y sabía que seguir intentando a esa hora sería en vano. Y es que faltaban algunas horas para lo que aún le parecía un sueño, para lo que aún le parecía algo irreal, pero no lo era, porque ella iba a casarse, porque Helena iba a casarse con Anthony Bridgerton, en verdad iba a casarse con la persona que amaba.

Una risita tonta escapó de sus labios ante ese pensamiento, se sentía como si estuviera flotando, sentía la emoción burbujeando en su interior ante la mera idea de que en tan solo unas horas su vida y la de Anthony quedarían eternamente unidas.

Una vez más, Helena observó a través del cristal de la ventana de su habitación como aún estaba oscuro afuera, su hogar en completo silencio puesto que Augustus había pasado la noche en el hogar de su tía para nos perturbar a su hermana. Tan solo unas horas más tarde Augustus iría junto a Madame Delacroix y unas criadas que a pesar de las quejas de Helena, Violet enviaría para que la ayudaran con el peinado y el maquillaje para la ceremonia. Con Anthony habían acordado una ceremonia íntima donde sólo estarían las personas más importantes para ambos, y luego estaría la celebración en los jardines del palacio donde gran parte de la alta sociedad estaba invitada, incluso si tanto Anthony como Helena preferían algo más tranquilo, sabían que aquello era absolutamente imposible cuando la reina se había encargado de todo.

𝐏𝐀𝐏𝐄𝐑 𝐑𝐈𝐍𝐆𝐒 ¹ | a. bridgertonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora