¿Un mundo Omegaverse?

Capítulo 30

◣ Memorias rotas P1 ◢

Una noche anterior había comenzado a llover, no era una tormenta destructiva sino una lluvia constante y tranquila, los cielos están cubierto de nubes grises, pero sin furia entre ellas, no hay relámpagos, ni truenos, es un extraño silencio, mismo que acompaña el rancho Suthiluck, solo que dentro de la gran residencia si hay un gran alboroto.

Esta mañana Kong tomo la decisión de desconectar los aparatos del cuerpo de Arthit, no fue una decisión fácil para él, y primero tuvo que lidiar con los padres del castaño, ellos no tienen derecho a interferir u opinar, ya que el matrimonio lo vuelve completamente de su alfa, aun así, tanto padres como hermano están con el corazón destrozado.

- Desconectarlo no significa que vaya a morir – Taylor trato de suavizar el ambiente.

- ¿Cuántas son las probabilidades? – pregunto el abuelo materno de Margot y Kong, su esposa tiene al pequeño bebé en brazos, que desde que comenzó a gatear siempre se dirige a la habitación con el olor a su madre.

- ... - Taylor suspiro.

- Se sincero Taylor – dijo Margot.

- Solo es un 1%, a pasado mucho tiempo y él no despierta, hoy todo parece apuntar que sigue con vida solo por ellos...

- No lo hagas Kong – Margot desesperada empuja su silla para ponerse frente a su hermano que nervioso aprieta sus manos con la mirada baja en el gran sillón individual de la sala – Piensa en bebé Krist, no le puedes quitar a su mami – al ver que no había respuesta mas que lagrimas cayendo en la duela voltio a ver a Ron y Dimitri, este ultimo no se encuentra en mejor estado, esta llorando en silencio sin parar – Dimitri has algo, tu lo conoces sabes que, que Arthit no quiere esto...

- Eso no es vivir Margot, tal vez su cuerpo solo necesite descansar – Dijo Ron con un nudo en la garganta viendo a Kong.

- Él no se dará por vencido – Dijo Dimitri – El siempre piensa en todos y si pudiera escuchar esta platica diría que no deben discutir y confiaría en la decisión del patrón.

- Pero, pero, abuelos – Margot no quería esto, en este momento se arrepentía de los pensamientos tontos que tuvo en el pasado de que si moría regresaría a su mundo y entonces Arthit no podría herir a su hermano, hoy sabia que Arthit fue victima de Korn, atrapado en un mundo de omegas sin derechos y que quería a Krist como su hermano, se la pasado pidiendo que Arthit sea feliz en el mundo de Krist, para que quien abra los ojos sea la persona, que les ha dado tonta y pide perdón a Dios si ese pensamiento es tan egoísta como cuando deseo la muerte de la persona que yace inconsciente – Yo no quiero, no quiero.

- Margot – El abuelo Korn se arrodillo para abrazarla – Nadie queremos esto, todos deseamos despierte, pero de no ser así, no seria apropiado decirle adiós de la forma correcta.

- Vamos a estar presentes... - pregunto el hermano de Arthit.

- Solo James y Kong... - respondió Taylor

- Y bebé Krist – pidió Dimitri.

- Si también nuestro hijo - limpio su lagrimas y se puso de pie, para cargar al pequeño que no deja pelear por llegar al suelo, para ir a su lugar favorito. – Por favor, háganle saber que, si desea irse de este mundo esta bien, si estas serán sus ultimas palabras que sean de confort y amor.

Los primeros en entrar fueron los padres de Arthit, seguidos de su hermano, abuelos a cada uno se les dio libertad de estar tanto como quisieran.

- Krist, despierta ¿sí? Todos estamos esperando por ti, no vayas a tu mundo, aquí tenemos tanto amor para ti, tortuguita ya come papillas pero ninguna ha sido preparada por ti, estuviste trabajando tan duro para aprender, quiero ver tus ojos iluminados al verlo lamer sus labios porque tu comida es deliciosa, todo este tiempo ha extrañado comer de ti, te habla, bueno aun no habla propiamente, balbucea mucho es su manera de platicar contigo, si todos no somos lo suficientes valiosos para que te aferres a seguir en este mundo, hazlo por él, es muy duro estar sin una madre, ni todo el amor que le demos todos va a remplazarte, te amo mucho, si decides no volver, aunque me duele mucho, voy a orar por ti cada noche, porque nuestro Krist Perawat sea inmensamente feliz en donde quiera que estés – Margot dejo un cálido beso en su mano y salió.