— Buenos días, bienvenida a ZH Company — Me da la bienvenida la misma chica castaña de la vez anterior con la misma sonrisa amable del otro lado del mostrador — ¿Hay algo en que pueda ayudarle?
— Buenos días, soy April Bloom, vengo para presentarme a mi primer día de trabajo
Eran las ocho de la mañana exactas, y efectivamente ese lunes seria mi primer día de trabajo en ZH Company como la asistente del odioso y ardiente Saith Zegneth.
Sin presiones.
— ¡Ah, sí!, por supuesto — Exclamó — El señor Zegneth la espera en la planta 30
— ¿Planta 30? — Cuestioné, por si ella se había confundido con la indicación.
— Si, planta 30 — Repitió con seguridad — Por el pasillo derecho hasta el último ascensor
— Muy bien, Muchas gracias — Agradecí aún con tono de duda en mi voz. Recordaba que la oficina de Saith se encontraba en la planta 31.
Me aproximé hacia el pasillo de los elevadores, tal cual me indico la recepcionista me dirigí hacia el último, el cual de inmediato abrió sus puertas. Entré y oprimí el botón que decía "Piso 30".
Mientras subía mire mi reflejo a través de las paredes de espejo del elevador, reanalizando si fue la mejor opción el atuendo que escogí para mi primer día de trabajo en la empresa, Llevaba un básico Bodysuit color negro sin mangas y de cuello redondo, un pantalón de tiro alto color blanco con costuras pronunciadas en la parte delantera y bragueta de cremallera con cierre de botón, también unos básicos zapatos de tacón ligeramente grueso y punta triangular color negro, como accesorios complementarios un par de aretes de plata largos de cadenita que colgaban por la extensión de mi cuello y alrededor de este un simple collar de oro, un par de brazaletes en mis muñecas y anillos en mis dedos minimalistas también en dorado y por supuesto mi bolso Prada Re- edition 1995 de cuero negro donde llevaba todo lo necesario para un día de oficina.
Las puertas se abrieron, delante de mí tenia a una planta con mucho mas movimiento, más bien con mucho mas ajetreo, con personas andando de aquí allá comenzando sus labores y algunas de ellas dedicándome miradas curiosas. También había a simple vista más oficinas que en la planta de arriba que solo contaba con la de Saith y una sala de juntas. En cuestión arquitectónica, sobre todo en el estilo del diseño de interior, era una maravilla. Las diferentes texturas y estilos como la madera y el vidrio claro se acoplaban harmónicamente haciendo un espacio con mucha luz natural de elegancia y lujo.
— ¿Señorita Bloom? — Una voz femenina ligeramente familiar llama mi apellido y yo volteo hacia su dirección — Buenos días, bienvenida — Dice amable, sonriendo cuando logra llegar a mi lado.
— Buenos días — Respondí el saludo. La recordaba, era la asistente o más bien antigua asistente de Saith.
— Acompáñeme, por favor — Asentí.
Ella comenzó a avanzar y como me lo indicó, le seguí el paso. Caminamos mediante algunos pasillos entre oficinas hasta llegar al final de uno de estos, allí nos detuvimos frente a una enorme puerta abatible color nogal en negro mate, la cual la chica abrió con toda confianza. Al ambas entrar a lo que era una amplia oficina, pude visualizar que dentro se encontraba Saith. Mordí mi labio inferior de manera inconsciente al verlo lucir nuevamente de saco y corbata, como dije antes, los hombres en trajes elegantes me encantaban, por lo que ver lo atractivo que lucía Saith de esa forma se había convertido en mi debilidad la cual debía controlar ya que a partir de ese día vería a Saith en traje a diario por tres meses.
— La señorita April Bloom, señor Zegneth — Anunció la chica rubia.
— Muchas gracias, Alice — Habló trayendo a mi memoria el nombre de la chica mientras su mirada se posaba en mi — Puedes retirarte — La ahora denominada Alice, asintió y de inmediato se marchó no sin antes dedicarnos sonrisas cordiales una a la otra. — Muy puntual, señorita Bloom — Mencionó en tono juguetón.
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Negocios entre las sábanas©
Romance«Podemos delirar juntos en esta noche oscura, solo firmémoslo» Ella lo detesta, pero lo necesita para sus negocios. Él también la necesita, sobre todo entre sus sábanas. Ambos tendrán que dejar sus diferencias y sentimientos de lado para qué sus neg...