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Había sido un día terriblemente agotador, lo único que deseaba hacer era llegar a casa, tumbarme en la cama y tomar una larga siesta

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Había sido un día terriblemente agotador, lo único que deseaba hacer era llegar a casa, tumbarme en la cama y tomar una larga siesta.

Aun no podía terminar de asimilar el hecho que ahora era desempleada. Bien, pueda que llamar a mi jefa "bruja inútil" haya ayudado a mi despido.

¡Pero vamos! ¿Quién no va a actuar así cuando trabajaste tan duro toda la noche sin siquiera cerrar los ojos un minuto, haciendo SU TRABAJO, solo para escuchar "Esto apesta" sin darle un vistazo?

Ella realmente era la bruja mala del oeste en persona. Al menos ya no tendría que ver su cabello mal teñido de verde cada mañana.

― Llegamos señorita ― Me indico el conductor estacionando el taxi frente al edificio donde residía.

― Aquí tiene ― Dije dándole el dinero por el viaje ― Gracias

Bajé del taxi y me aproxime a la entrada del edificio, Como siempre el vigilante me saludo con una sonrisa la cual devolví amablemente. Caminé hacia el elevador y presioné el botón para subir, Inmediatamente se abrió la puerta y entré, toqué el botón del 11vo piso y esperé con algo de impaciencia llegar a mi destino. Se abrieron las puertas y rápidamente saqué las llaves de mi bolso, abrí y entré al departamento. 

Di un enorme suspiro tirando mis cosas quien sabe dónde y me tumbe en el sofá totalmente cansada disponiéndome a caer en los brazos de Morfeo. Pero eso sería imposible, alguien llamaba a la puerta.

― Maldición ― Me queje levantándome del sofá y dirigiéndome a abrir la puerta.

Ahí se encontraba una mujer de al menos unos 50 y tanto de años, cabello grisáceo adornado con rulos para el cabello, con una mascarilla de un dudoso color rosa en su rostro, vestida con una bata amarilla, esa mujer era mi fastidiosa y chismosa vecina de al lado, la señora Higgins.

― Señora Higgins, ¿Se le ofrece algo? ― Pregunte haciendo mi mayor esfuerzo por mostrarme amable.

― Otra vez, su correo estaba en mi buzón ― Respondió con desdén prácticamente tirando las cartas del correo en mi cara que con suerte logre tomarlas todas. ― Espero que sea la última vez que ocurre ― Sin siquiera dejarme pronunciar una sílaba se retiró yendo a su departamento.

― ¡Gracias! ― Exclame justo al momento en que cerraba con un portazo su puerta, sin saber si me había escuchado o no.

Me di la vuelta y cerré la puerta tras mío mientras comenzaba a revisar mi correo. La mayoría eran de cuentas por pagar y otras de anuncios publicitarios, salvo por una que llamo mi atención. Era un sobre color crema con un sello de cera color vino con las iniciales G y D en él, y atrás tenía un pequeño papelito que decía "Srta. April Bloom", obviamente era una invitación, pero francamente no sabía quién podría haberla enviado. Abrí el sobre y saque su contenido, una página casi transparente donde venía impreso en relieve, ornamentales de rosas en tonos rojizos, violetas y un poco de rosa pastel y por supuesto también las letras del escrito.

"Esta cordialmente invitado a la unión en matrimonio de

Gracie Zegneth y Daniela García

El día sábado 20 de Junio a las 5:00 PM

La ceremonia y recepción será en la casa de verano de la familia Zegneth, sobre la carretera de la costa pacífica, Malibu, CA, 90265"

― Oh Dios... 

Negocios entre las sábanas©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora