VIII

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Querida madre:

El lugar donde ahora vivo es inmenso y frío, tal como nos pareció aquel día que llegamos juntas, he estado tres semanas sola y te he extrañado cada minuto, he soñado contigo por las noches y al despertar miro por la ventana pensando en ti, pero no quiero afligirte, yo estoy bien.

Te contaré del lugar en el que vivo ahora, ya te dije que no solo parece frío sino que lo es. Por las noches la señora Denis, te contaré de ella más abajo, me trae una caneca con agua caliente para ayudarme a entrar en calor. Mi habitación es muy grande y también es fría, tiene una gran ventana a dos metros de la cama y deja que los rayos del sol entren por las mañanas, pero por las noches también da paso al frío, más las gruesas cortinas impiden que se cuele tanto.

Por las mañanas me doy un baño con deliciosa agua tibia ¡todas las mañanas! ¿Te imaginas cuánto agua deben tener aquí? El agua huele a flores y me encanta, el cuarto de baño está tras una puerta a un lado de la habitación, al principio no me di cuenta de su existencia. El cuarto de baño es grande, más grande de lo que alguna vez hayamos imaginado, allí hay de todo: perfumes, jabones, colonias, peinetas, toallas... y todo es cambiado o llenado cada día.

Ahora mi habitación, es fría, debo seguir recalcándolo, tiene un sillón elegante cerca de la ventana, jamás vimos uno así, una gran cómoda a juego con el sillón, un ropero enorme a un lado, una mesita de noche a cada lado de la cama en el que hay una quinqué por si se necesita, y la cama... es tan suave junto a sus almohadas y mantas que parece que durmiera sobre nubes que me llevan a volar por el cielo... El resto de la habitación está decorado de forma elegante, demasiado elegante para mi gusto, todo está meticulosamente colocado y parece que hay demasiada simetría en ello, nada está fuera de lugar, no hay siquiera un hilo desprendido en algún lado o un pelo en el suelo y qué decir del polvo, da un poco de miedo todo ¿no lo crees?

El resto de la casa es igual que la habitación en lo que se refiere a ambientación, muebles y el extremo cuidado; los recuadros de las paredes también son fríos, así que para qué describírtelos a detalle.

La casa en sí, yo le llamo La Casa Fría, tiene un nombre, pero es confuso y raro y no vale la pena decírtelo. Tiene no sé cuántas habitaciones y jamás las recorro sola, estoy segura que si lo hiciera me perdería y me encontrarían muerta y congelada en un mes, la señora Denis si las conoce todas y seguro que me encontraría mucho antes, pero para qué arriesgarse, es ella la que me los muestra, ya te hablo de ella, espera un poco más. La Casa Fría tiene un jardín, es hermoso y estás tras la casa, estoy segura de que te encantaría, tiene las más bellas flores y todo está hermosamente cuidado, cada que puedo voy a contemplarlas y me imagino que estamos juntas y tendidas sobre el césped embriagándonos de su dulce fragancia. Hay caballerizas y están ubicadas lejos de la casa principal, yo fui en una ocasión, junto a la señora Denis, y vi los hermosos caballos que allí habitaban, todos estaban perfectamente cuidados y se los veía contentos de su vida allí, no monté ni uno, a la señora Denis le aterra el pensarlo siquiera. Hay también una zona para cabalgar, una zona de juegos de campo y mucho, mucho más lugar. Todo está vigilado, la señora Denis siempre lo dice, así que no hay gente extraña caminando por allí, "está usted muy segura" es lo que me dice la señora Denis.

¡Ahora sí te contaré de ella! La señora Denis es una buena mujer, amable, respetuosa y muy cariñosa, me trata con tanto cariño que parece familia; es un poco baja, regordeta, de piel clara y pelo medio cano, debes de recordarla, es la que vimos primero en cuanto llegamos. Ella siempre se dirige a mí como "mi señora" y yo siempre le digo "señora Denis", en realidad le llama así todo el mundo, nadie le dice solo "señora" siempre es "señora Denis". Ella es la más antigua aquí y luego es Jacobo. La señora Denis es el ama de llaves, es la que se encarga de que todo esté en orden y a mi gusto, siempre debe ser a mi gusto; me enseña muchas cosas y es muy paciente conmigo. Ella es viuda desde hace mucho y solo tuvo hijas, dice que las extraña, pero no va con ellas porque a sus esposos no les agradaría verla todo el tiempo. A mí sí me agrada bastante y es con quién más converso.

La Princesa Errante Encontró Un HogarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora