Capítulo 17

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La chica fue a su habitación y con sus ojos llenos de lágrimas se acostó sobre la cama comenzando a llorar con la sábana en su boca para que el chico no la escuchara. Todo lo que vio se repetía en su cabeza como CD dañado y lo peor, era cuando pensaba en el futuro que le esperaba al lado de él...Todas las noches sería violada, tendría que presenciar asesinatos, soportar golpes, insultos, vivir con miedo, si ese era su futuro, ¿Acaso no era mejor morir?

El sonido de los cortes que hacía el chico para cortar las extremidades del hombre se colaban por lo oídos de la chica. En ese momento solo quería dormir, caer inconsciente para escapar de la realidad, pero le era tan difícil que permaneció despierta mientras escuchaba el cuchillo entrar en el cuerpo sin vida del hombre. Lo imaginaba todo en su mente sin poder evitarlo, el sonido acuoso de los órganos, el sonido parecido a la madera de los huesos, todo estaba en su cabeza y no pudo sacarlo, lo único que pudo hacer, fue ocultar sus sollozos por lo que restaba de la noche.

El chico descuartizó el cuerpo y lo guardó en varias bolsas, se sentía cansado, fue divertido al inicio pero demasiado trabajo a la hora de limpiar y aunque nadie fuese a esa cabaña, ni tampoco esperase que alguien sospechara de la ausencia de aquel hombre, no podía dejar un cadáver pudriéndose en el baño, lo mejor era llevarlo a otro lugar donde no arruinara su maravilloso hogar.
...
La chica tenía razón, el paso del tiempo no le daba esperanza alguna de escapar. El chico se aseguraba de encerrarla con llave cada que él salía y por ello nunca volvió a ver más que el interior de esa espantosa cabaña. Las noches se convirtieron en horribles horas de violación, vivir con un ninfómano que buscaba tenerla cada día le hacía aborrecer su propia existencia, llegó un momento en el que ya ni siquiera se quejaba, solo cerraba los ojos y dejaba que sucediera, ¿Qué más podía hacer? Una queja de su parte era un golpe como respuesta, el chico amaba verla con moretones, al parecer la comparaba con un lienzo sin color cuando su piel no tenía golpes notorios, por eso se encargó de dejar marcas en su cuerpo que difícilmente saldrían de él.

Pasaron alrededor de tres meses, la chica sintió que se acostumbraba a ser torturada, pues ya no esperaba nada más. Hubo una vez en la que intentó asesinar al chico pero fracasó, a causa de esto, él escondió los cuchillos u objetos afilados que hubiera en el lugar, pues aunque eran necesarios en la cocina, seguía conciderando de poca importancia para la inútil de su mujer. Por supuesto la chica lo consideró fatal en sus intentos de escapes, aunque al final sabía que aún con la oportunidad no lograría atreverse de nuevo y acabar en cama sin poder moverse como resultó anteriormente al recibir la golpiza que el chico le propinó con tales heridas dignas de tratamiento médico en un hospital pero como es obvio, la chica tuvo que curarse en casa.

Pasó tres meses encerrada en una cabaña apestosa junto a un chico que la violaba a diario y la golpeaba solo "porque sí", empezó a sentir que esa era su nueva vida y si no podía escapar de ella tendría que acostumbrarse a que nada iba a cambiar, por eso su único deseo era el de conseguir fuerzas que la ayudaran a acabar con su vida.

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