Capítulo 9

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La chica se puso de pie después de un rato allí sentada y vencida, caminó hacia el baño y se dio una ducha. Al salir, notó que el chico aún no había llegado, fue entonces cuando cayó en cuenta de que era el momento... El momento perfecto para escapar.

La chica salió de la cabaña, extrañamente la puerta no tenía seguro. No lo alcanzó a entender, ¿Cómo es que alguien secuestrada tiene la puerta abierta para cuando desee salir? Es algo extraño y provechoso a la vez.

Ella corrió entre el pasto seco que rodeaba la cabaña, era un camino largo hasta llegar al pueblo más cercano, pero aun así, no paró de correr. Era su oportunidad de escapar, si se llegaba a detener quizá perdería esa esperanza, así que solo corrió, ignoró lo cansada que estaba y continuó corriendo.

La noche se hizo más oscura y el camino ya casi no se dejaba ver. La chica retenía el miedo que sentía, pues su motivación de escapar era más grande que el terror. Su mente empezó a jugarle trucos, escuchaba sonidos a lo lejos, algunos eran grillos y otros eran difíciles de distinguir, quizá era solo el sonido del pasto movido por el viento de la noche o algunos animales que se desplazaban entre el mismo y se dejaban escuchar, esta segunda opción era demasiado aterradora para la chica. Ella quería concentrarse en huir, pero el miedo poco a poco iba volviendo su cuerpo débil, su caminar empezó a hacerse lento y sentía un pequeño hormigueo en los muslos de sus piernas, sus brazos temblaban y ya no sabía si era por el frío o por el temor que la invadía. Miraba a su alrededor seguidas veces como si alguien la estuviera siguiendo y escuchaba ruidos que podrían llegar a ser pasos, el miedo recorría su cuerpo desde sus pies hasta el sudor frío de su frente.

La chica avanzaba, pero no lo suficientemente rápido, ¿Qué hacer si sientes que te persiguen? ¿Qué hacer si sientes que te observan? Eran preguntas que consumían su mente y la atacaban con extremas dosis de ansiedad, eran ideas que no ayudaban mucho cuando intentaba huir de un loco secuestrador.

– Tengo que salir de aquí – Susurró la chica mirando hacia atrás con el paso lento

Inhaló de forma profunda recuperando la fuerza suficiente para continuar corriendo, pudo acelerar su paso, pero no pudo ver más que el profundo color negro que desprendía la noche aterradora. Ya no importaba la dirección que tomase, solo quería salir de ahí y avanzar era su única opción, pero lastimosamente no pudo hacerlo. Ella no se detuvo, la oscuridad la obligó a hacerlo...

El chico regresaba a la cabaña, había salido a caminar para tranquilizarse un poco. La imagen de su chica viéndolo aterrada le partía el corazón en mil pedazos, sabía que él no estaba equivocado y que ella merecía un castigo, pero aun así consideró la idea de que se había excedido un poco. Su mayor error fue haberlo considerado, ella no era digna de esa clase de consideración.

...Y allí estaban ambos en escena, el chico de pie frente a la chica tirada sobre el pasto seco. Él la miraba detenidamente, no podía creer lo que veía, tanto amor, todo lo que había hecho por ella, la confianza que tuvo para dejarla sola sin necesidad de encerrarla con llave, todo... fue en vano.

La chica estaba intentando escapar, ¿Por qué? Esa era la forma correcta de devolverle tanta atención y cariño, ¿Cómo podía hacerle eso al chico que le dio todo de sí? Ella se estaba burlando de él y ya era hora de demostrarle que nadie lo podía tomar por broma, aunque fuese muy importante en su vida, nadie se burlaría de él... nunca.

La chica corría entre el pasto seco sintiendo como rozaba sus piernas, eso significaba una cosa y es que se había salido del camino – Algo bueno – pensó ella, quizá así él no la encontraría, pero se equivocó.

La chica chocó contra algo. Corrió entre la oscuridad consumida por el miedo, así que hizo caso omiso a lo que sentía o escuchaba, tropezó y cayó sobre el pasto seco y áspero. ¿Qué debió hacer? ¿Parar de correr o correr más rápido aun si su cuerpo se oponía? ¿Qué opción era beneficiosa para evitar la escena en la que se tropezaba con el chico del que intentaba escapar? ... Eso ya no importaba, ahora la pregunta clave era, ¿Qué pasará ahora que la han atrapado de nuevo?

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