CAPÍTULO 21-las falsas ilusiones del gran héroe

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—Bienvenido a casa—Dice Nea, con su usual tono carente de algún tipo de emoción en sus palabras. Aún que podía decir que esta vez sonaba sarcástico.

Ella se encontraba de pie, detrás del sillón. Cómo si hubiese estado esperándome.
Llevaba su camisa rosa que hacía juego con un pantalón del mismo color. Su cabello no estaba atado, lo tenía suelto en ese momento.
Me miraba fijamente, como si estuviese a punto de decirme algo súper importante.

Yo solo respiro profundamente, y rezo mentalmente a todos los dioses que conozco para que mis padres no se despierten ahora.

—¿qué ocurre, Nei? ¿Acaso me estuviste esperando, eh? Que dulce de tu parte—Respondí igualmente, siguiéndole él juego—

—Ah, no exactamente—ella me mira de pies a cabeza—¿te divierte meterte en problemas?—

—Algo así—

Continúo avanzando hacía mi cuarto, pero entonces, sus últimas palabras me detienen. Era un murmullo, pero cada una de las sílabas que pronunció fueron claras y contundentes:

—lo quería decirte que te estás tomando demasiado en serio esto de ser un héroe. Todo en este mundo tiene consecuencias, y lo sabes perfectamente, Alex

los rayos de sol salientes del horizonte, traspasaron los transparentes cristales de mi ventana, provocando que la luz solar se reflejaran y expandieran por todo mi cuarto

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los rayos de sol salientes del horizonte, traspasaron los transparentes cristales de mi ventana, provocando que la luz solar se reflejaran y expandieran por todo mi cuarto. Yo, bajo las sábanas, estaba durmiendo plácidamente, sin enterarme de nada de lo que ocurría a mi alrededor. Mientras tanto, el mundo aún giraba.
Unos pasos que parecían ir de aquí para allá, finalmente encontraron su destino cerca de mi cuarto.

Esos ruidos provocados aparentemente por esos negros zapatos que llevaba puestos, los cuáles estaban relucientes, se detuvieron en seco.

Ella no tuvo vergüenza en quitarme la manta que llevaba sobre mi cuerpo y que  cubría mi vergonzoso rostro. En cambio, se veía que no le importaba en lo más mínimo molestarme.
Con mis ojos entrecerrados que parecía que aún yacía en el más profundo sueño, pude escuchar el sonido de un pesado objeto de metal siendo levantado. Un objeto metálico que debía tener alguna clase de líquido que se movía incesantemente de lado a lado, y provocaba que salieran ligeramente pequeñas gotas que caían sobre mi mejilla y me estorbaban.

Estaba convencido gracias a mi falta de consciencia que nada malo iba a ocurrirme, y que Nea jamás haría algo como despertarme tirándome una balde de metal repleto de agua en la cara. Pero como digo, la realidad siempre es otra, y poco se notaba que la conocía en este instante. Porque lo hizo sin inmutarse en lo más mínimo.

Mis ojos se abrieron de par en par como platos y miraron hacía todos lados hasta encontrarse de frente con la mirada de vacía y penetrante de esa chica. Quién sin ningún tipo de reparo, inundó gran parte de mi colchón, y por supuesto, todo mi cuerpo con agua.

|The Stars Shine In The Sky| PT.II |TLSWC|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora