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CAPÍTULO 15-Intervalo I: sobre-esfuerzo

Pasaron dos años de todo eso. Ciertamente, fue un gran shock para mí, él enterarme de lo ocurrido con Nea y...ella.

Después de todo eso, nada volvió a ser igual. Todo fue tan deprimente. No podía pensar en otra cosa, además de en la culpa que sentía.

La culpa de no poder haber hecho nada por Nea,

me carcomía por dentro.

Su actitud alegre y rebosante de energía murió completamente, y ahora, lo único que veía reflejado en ella, era tristeza, miedo e incertidumbre. Por eso es que ya no soy capaz de mirarla fijamente a los ojos, porque cada vez que lo hago, encuentro esas palabras escritas en ellos y me atormentan.

Así que, empecé a "centrarme" más en el trabajo. Tenía que compensar mi error de alguna forma, y esa "forma" sería esforzándome para que el día de mañana, no le vuelva a faltar nada a ninguno de mis hijos, y tal vez nietos. No me importaba dar mi vida si era por ellos.

"Si es por mi familia, estoy dispuesto a todo".

Había días enteros en los que no regresaba a casa, y en los cuáles ni siquiera cruzaba una sola palabra con la persona a la que más amaba en el mundo. A ella...

Siento que también la he defraudado de alguna manera u otra. Tal vez está decepcionada de mí, de lo que soy ahora.

Pero no me importa, haré todo lo posible para remediar mis errores y seguir hacía adelante. Haré que ellos me perdonen, realmente, solo quiero eso...

Soy un fraude,

una decepción,

no los merezco,

no merezco a mi familia.

Incluso Alex me mira decepcionado durante las pocas veces que nos vemos. No merezco tenerlos. Es por eso que decidí encerrarme en estas cuatro paredes, como castigo por ser insuficiente, por no haber sido capaz de haberlo dado todo en el pasado. Esto era lo que merecía...

Y estaba dispuesto a aceptarlo.

dé repente, la puerta es golpeada suavemente unas tres veces. Esto hizo que me descolocara completamente de mis pensamientos, y volviese a la realidad.

—Disculpa...¿Puedo pasar?—Preguntó la voz, del otro lado—

—Ah, Claro...—Respondí sin darle demasiada importancia. Sabía perfectamente de quién se trataba, pero como dije, ni siquiera a ella puedo mirarle a los ojos—

Ella abre la puerta, intentando hacer el menor ruido posible, y una vez dentro, la cierra de la misma forma. Se acerca con pasos lentos hacía donde estaba yo, y apoya su mano en mi hombro. Por supuesto que noté esto, pero decidí ignorarlo a propósito, no quería concentrarme en eso ahora.

—Miles...Creo que, bueno...—El tono de su voz era más serio que él usual. Sonaba mas deprimente a mi parecer—Creo que debemos hablar—

De inmediato esas palabras erizaron mi piel. Solté el
Lápiz con el que estaba escribiendo, y quedé absorto. Mirando a la nada. Esperando y anhelando que todo esto fuera un sueño.