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CAPÍTULO 30- Alter Ego

Desde ese día no he estado tranquila.

Desde que regresé a casa esa noche, tras un acalorado encuentro, mi mente dió vueltas y vueltas en círculos. Estaba cansada de todo, cansada de esta vida. De "mi familia", de mis compañeros, del mundo en general.

Me acosté en la cama de mi cuarto, luego de ser severamente regañada por mis "padres". Las luces estaban apagadas, solo había oscuridad y desolación. Me sentía desolada, ¿Por qué había hecho eso? ¿Por qué lo hice?

¿Fue por un bien mayor, verdad? Lo hiciste por la seguridad de todos. Después de todo, ¿Quién iba a extrañar a ese patético bully? ¿Quién iba a extrañarlo cuándo estuviera fuera? ¿Quién iba a esperarlo con un plato de comida en la mesa?
O quizás haya sido como yo. Un chico normal con problemas, los cuales lo incitaron a hacernos daño. Pero, ¿Y si todo fue involuntario? ¿Y si el no quería?

Nea, por que lo hiciste...
Porque lo dejaste a su suerte, desamparado en un sitio que no conocía, sabiendo perfectamente que esos serían sus últimos momentos de vida.

¿Por qué? ¿Por qué? ¿Por qué?

Eres una idiota, una estúpida e insensible. ¿Como se te ocurre jugar así con la vida de las personas? Esa persona podría haber sido tú. Podría haber tenido una vida peor a la tuya, y sin embargo lo dejaste morir. Eres una insensible Nea, y te marchitaras en el infierno como la rosa barata que eres.



- - -

¡...!

Oh, no.

Otra vez ese sueño.

Cuando abrí mis ojos, me percaté de que estos estaban cubiertos de lágrimas. Rápidamente las sequé, pero estás no dejaban de salir. Entonces, cuando quise entender el porqué de ese desenfrenado llanto, mi mente reprimió ese recuerdo, esa memoria que acaba de tener hace un momento, que se vió tan clara y real pero que cuando quise rememorarla, se había ido de mis manos.

Nuevamente, volví a perderlo.
Estaba tan cerca pero a su vez tan lejos...

Solo me quedé ahí, sollozando en la oscuridad. Sin saber porque, pero aún manteniendo ese fuerte dolor en mí pecho provocado que esas lágrimas continuarán cayendo.

-Nea...?-

Entonces, la puerta de mí cuarto levemente se inclina, esto, lógicamente, logró que me exaltara y rápidamente cesara mi llanto silencioso.

-¿P-Papá...?-
Mi supuesto "Padre" era quien se había asomado a verme. El lucía preocupado y evidentemente no tardé en entender porqué-Ah, L-lo siento, no es nada...-

-Tuviste una pesadilla, ¿Cierto?-

-...-

Me quedé en silencio, intentando entender como lo había adivinado tan fácilmente.

"¿Acaso soy tan evidente?"

Fue lo que me pregunté a mi misma, mientras secaba mis lágrimas.

-¿Puedo pasar?-
Yo asiento y prendo la Luz. Papá, quién se encontraba con un pijama blanco en ese momento, entro a mi habitación y con total calma se sentó alado mío.
-Dime, ¿Qué pasó ahora?-

-Uhm, nada, solo lo que dijiste. Una pesadilla. No recuerdo lo que soñé, pero cuando me desperté no pude evitar llorar, lo siento-

-Heh, está bien, Nei, no es necesario que te disculpes. ¿Sabes? Cuando eras pequeña también solías despertarte llorando cuando tenías pesadillas. Varías veces tuve que ir a calmarte y muchas otras tuve que quedarme contigo para que pudieras dormir bien-Papá dice esas palabras en un tono melancólico-Nostálgico mientras acariciaba mi cabello-