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CAPÍTULO 37-Causa y consecuencia

Aveces, no estamos conscientes de que nuestras acciones tienen consecuencias. Que lo que hacemos o haremos afectará a un tercero, o, en el peor de los casos, a alguien cercano.

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Una tarde ordinaria como cualquier otra, donde el mundo seguía girando y las personas continuaban con la programación habitual de sus días, podría convertirse en el peor día de la vida de alguien con tan solo unas simples palabras.

-Miles, tengo un problema-

Tan simples como parecen, en realidad implican muchas cosas.

-¿Qué pasó linda? ¿Otra vez se dañó la mochila del baño?-

Dijo confiado, sin saber lo que le esperaba.

-Ehm, no, e-es un poco mas serio...-Temerosa, la mujer de cabello verde y corto dijo esas palabras con preocupación-

Esto por supuesto alertó al zorro de pelaje rubio, quien podía empezar a presentir una sensación de peligro emanar de la situación, y aunque inútilmente intentaba creer que no era algo malo, sentía que no era el caso.

-¿Qué ocurrió?-Preguntó preocupado, denotando en su tono de voz como empezaba a sentirse alarmado-

-Creo que es mejor que vengas, no se como explicártelo...-

-Esta bien, en cinco estaré ahí-

La llamada se corta, y de inmediato Miles empieza a tomar todas sus cosas empacándolas desesperadamente con la intención de irse rápido del sitio.
Sin embargo no se encontraba solo en ese lúgubre taller. Había otra persona siendo testigo de la actitud extraña del zorro.

Ella parecía ser ajena a toda la situación, pero en realidad había oído perfectamente toda la conversación. Solo que su rostro al estar siendo tapado por la tapa de una llamativa novela juvenil, era difícil darse cuenta. Sin embargo, la Joven de cabellos semi rubios, había escuchado cada palabra que su padre había dicho.

Es obvio de quién hablamos.

Aunque ya haya pasado un tiempo desde que consiguió equilibrar un poco el caos mental de su cabeza, ella seguía temiendo que tarde o temprano tuviera que enfrentarse a un "ajuste de cuentas" tras traicionar el bando del que se encontraba. Así que el primer paso era cambiar su apariencia, quizás así tendría mas suerte de no ser reconocida tan fácilmente.

Aunque claro, en el fondo sabía que sería inútil.

Ahora su estilo era diferente. Tenía el cabello suelo y mas corto, teñido de un rubio ligero en la puntas de sus mechones y flequillo. Además de eso, había vuelto a usar lentes para mayor comodidad. Era una persona completamente diferente a cómo se veía antes.

-¿Qué ha pasado ahora?-

Intentando saber más de la situación, cierra bruscamente el libro con su mano y posa su mirada serena y fría en su padre, quién estaba por irse.

-No lo sé, pero creo que es algo serio. Te recomiendo que vengas, de todas formas ya casi es hora de volver-

Aunque intentara ocultarlo, se notaba la preocupación y el temor en cada oración que salía de su boca, así que era evidente que nada bueno podría ocurrir en los siguientes minutos.