Capítulo 4

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Los personajes de Naruto no me pertenecen, sin embargo, la historia sí.

No se permiten copias ni adaptaciones o cualquier cosa similar.

⚠️Advertencias:

-Contenido +18

-Escenas subidas de tono

-Contenido Yaoi (boyxboy)

-Actualizaciones lentas.

El Detective aspiró una gran bocanada de aire fresco cuando entró al edificio ornamentado en el que vivía el Axe de Blanca Ilusión, sus manos estaban atadas tras su espalda y el disparo en su muslo derecho no hacía que su caminata fuera más fácil,...

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El Detective aspiró una gran bocanada de aire fresco cuando entró al edificio ornamentado en el que vivía el Axe de Blanca Ilusión, sus manos estaban atadas tras su espalda y el disparo en su muslo derecho no hacía que su caminata fuera más fácil, tan solo los brazos fuertes de los hombres que lo sostenían lo mantenían en pie. Sus rodillas se golpearon contra el suelo cuando ellos le dejaron caer frente al Axe y tuvo que hacer toda la fuerza del mundo en su torso cuando estuvo a punto de caer por completo pues el dolor en su muslo se expandió por todo su cuerpo y él apretó su boca para no gritar por ello.

No les daría ese placer.

Miró a Kakuzu sentado en una especie de trono de colores negro y rojo, el hombre tenía sus labios en una sonrisa tensa, como si fuera divertido y estuviera a punto de señalarle algunos puntos a él. -Nadie vendrá a salvarte, las manos de tu fiscal están atadas y él lo sabe muy bien. En cuanto a la policía, no tienes ninguna relevancia para ellos. Olvídate de ellos, de tus amigos, de la esperanza. Todo se acabó.- Naruto parpadeó cuando el entendimiento le golpeó, un beso era su manera retorcida de decir adiós. La voz de Kakuzu se convirtió en un gruñido y agarrando el cabello de Naruto, tiró de su cabeza hacia atrás. -Tu vida ha terminado.

-Comprendo.

Para poco placer de Kakuzu, Naruto no dijo nada más. Tan solo se sentó ahí observándolo como si no fuera la gran cosa, como si lo que pasaba no fuera importante y como si no estuviera herido. Ambos se miraron fijamente hasta que el Axe gruñó de ira y le lanzó a la cara lo más cercano que tenía a la mano, el vidrio de una botella de licor cortó sus mejillas y frente, sus ojos se cerraron por el ardor que le produjo el vino, sin embargo, no se movió ni siquiera cuando su cuerpo gritó por el dolor o cuando el cansancio y el tedio amenazaron con hacerlo perder el conocimiento.

-Tráiganlo.

Sus ojos fueron cubiertos con una venda oscura antes de que fuera levantado bruscamente, el movimiento tranquilo del auto en el que iba le meció hasta que estuvo a punto de dormirse, solo las voces a su alrededor gritando obscenidades le mantuvieron atento, especialmente cuando el auto se detuvo y se encontró siendo arrastrado de nuevo por los hombres del Axe.

Lo primero que escuchó fue que no había música, solo voces animadas que se burlaban por algo o alguien. Los gritos eran lo común, solo la voz de una crupier(1) se escuchaba fuerte y clara por encima de aquel horroroso bullicio.

-¿Cuál es su apuesta?

-¡Mi hija!- Naruto no pudo evitar sobresaltarse por eso, la voz estridente del hombre le hizo ladearse buscando el origen del sonido. -¡Puedes tener a mi hija y hacer con ella lo que desees!

El hacha del cuervo (ItaNaru)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora