El Fiscal del distrito Neji Hyūga ha visitado a Naruto para pedirle que le ayude en un caso de tortura y asesinato, puesto que necesitaba de un detective que conociera la ciudad y entendiera sus dinámicas. El joven policía, llevado por la desesperación, accederá a hacerlo antes de entender en qué tipo de misión Neji Hyūga estaba metiéndolo: ¿Tráfico de drogas? ¿Red de trata de personas? ¿Asesinatos seriales? ¿Convertirse en Papá sustituto? Si antes le hubieran explicado que conocería al mismo diablo en el camino, puede que la respuesta fuera otra... El Cuervo lo tienta de maneras que nunca se imaginó. Y él lo prueba, lo desafía y lo sorprendente, no de buenas maneras. Naruto sabe que no ha logrado controlarlo, pero ese demonio podría haber encontrado una manera de obligarlo a quedarse para siempre. Itachi tiene su vida hasta que él haya pagado su deuda: Puede hacer lo que quiera con él -nada está fuera de los limites-, y él tiene que obedecer. -ItaNaru-