El Fiscal del distrito Neji Hyūga ha visitado a Naruto para pedirle que le ayude en un caso de tortura y asesinato, puesto que necesitaba de un detective que conociera la ciudad y entendiera sus dinámicas. El joven policía, llevado por la desesperac...
Los personajes de Naruto no me pertenecen, sin embargo, la historia sí.
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Esta sección del laberinto tenía un aspecto similar al ambiente donde resolvió el primer acertijo, el agua le llegaba a los tobillos, pero no había nada más que eso. Todo frente a él era agua, ciertamente estaban aquellos muros que conformaban el laberinto y que lo habían hecho ir en círculos una y otra vez hasta que alcanzó el punto más alto del lugar, solo que aquellos muros no contaban con ninguna inscripción o seña que los diferenciara los unos de los otros.
Eran muros blancos y lisos sin nada especial. En realidad, lo único que podía contar como "decoración" eran los pequeños arbustos que se enraizaban en la base de los muros causando algunas grietas en ellos; no podía encontrar nada que delatara la presencia del tercer acertijo por lo que levantó su vista al público, muchos de ellos lo observaban con viciosa curiosidad, pero más que nada, había cierto desapego.
Era un desapego distinto, no era que no sintieran nada por él porque no lo conocieran, era más bien que estaban acostumbrados a eso, a este espectáculo de ver a las personas siendo violentadas y abusadas sin conmiseración alguna. Era como si se vanagloriaran de aquella crueldad de la invisibilización del otro como persona, como ser humano igual a ellos.
Solo era una diversión para ellos, era algo tan simple como si estuvieran viendo una película en el cine o disfrutando de un parque de diversiones un sábado en la noche con la familia.
Un temblor le hizo volver en sí mismo, el suelo estaba vibrando bajo sus pies y el agua que los cubría, se tornó de un marrón oscuro algo fangoso. Los muros del laberinto comenzaron a moverse y la configuración volvió a cambiar, el trazado laberintico se convirtió en unas ruinas circulares conformadas por ocho paredes de piedra con estrechas aperturas entre ellas, que convergían en un edificio central.
Naruto se dirigió allí. El diseño circular de la estructura la distinguió del resto del laberinto que era rectangular, decidió que esta distinción tenía que significar algo y por ello mismo, él estaba seguro que si descubría qué era tan especial, terminaría resolviendo el tercer acertijo y podía continuar con su camino.
Dio vueltas tratando de alcanzar el edificio central, aunque más de una vez, tuvo que volver sobre sus pasos porque se encontró con un pasillo sin salida en distintas ocasiones y, por lo tanto, se demoró más de lo que había pensado en un principio. Al final, alcanzó el edificio central y frunció el ceño inmediatamente porque el temporizador empezó su cuenta atrás y mientras más se adentraba allí, encontraba un sinnúmero de huesos y si eran de animales o humanos, él no podría decirlo con exactitud.
