CAPÍTULO 27

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HASTE MASQUERADE
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Leanne

No dejé de sentirme nerviosa desde que pisamos la sala de espera. Es algo nuevo que jamás creí que haría. Es tan nuevo que la experiencia todavía se siente extraña. Esto se trata de ser madre, llevar un bebé en mi vientre y es algo relativamente extraño en mi vida. Jamás creí que este momento llegaría tan pronto.

Después de mi cumpleaños y el inesperado regalo de Edward, me quedé completamente dormida en la limusina y a partir de ahí, no recuerdo nada. Solo sé que al día siguiente desperté en nuestra cama y a las pocas horas tuvimos que venir a un hospital privado de alta atención para tener nuestra primera visita a la obstetra.

Me aseguré de que nadie de la prensa nos siguiese y nos metimos dentro del hospital. Me siento segura aquí, es un lugar bastante privado, de buenas críticas y con buen nivel. Lidia fue quien me lo recomendó para tener más privacidad y se lo agradezco, lo que menos necesito ahora son cámaras y periódicos o revistas hablando de mi embarazo. Quiero que sea privado y que estemos en paz. Sé que en algún momento la prensa se enterará, pero haré todo lo posible para que no sea ahora.

La prensa no conoce límites y no quiero que me acosen. Sé de la magnitud que tengo y el que alguien se entere de mi embarazo y divulgue la noticia podría ser catastrófico.

—Leanne Vitali.

La voz de una mujer anuncia mi nombre y nos ponemos de pie. Llegamos hasta una oficina bastante moderna, con escritorio, ventanales, una alfombra y estanterías con libros. Observo a la mujer que debe rondar los treinta años rodear el escritorio.

—Tomen asiento. —Nos da una sonrisa dulce.

Tomamos asiento. Observo la camilla que está situada en la derecha, hay algunas máquinas y pequeños sofás.

—Padres primerizos, ¿no es así?

—Exacto —afirmo.

—Bien. Mi nombre es Daniela Martini y seré su obstetra durante los próximos meses. Me encargaré de los chequeos, ultrasonidos y cualquier duda que tengan respecto al embarazo. Ser padres es una nueva experiencia, a veces puede ser abrumador e incluso agotador, pero eso no quita que sea una experiencia encantadora en la que podemos experimentar algo nuevo, en este caso, ser padres. —Asiento—. En la primera consulta, empezaremos con lo básico, ¿si? Necesito saber un poco de ti y tu salud.

—Entiendo.

—¿Te sientes cómoda con que te llame Leanne? —interroga.

—Claro. ¿Qué necesita saber?

Toma una agenda, noto que le echa un vistazo a Edward antes de coger un bolígrafo.

—¿Tienes algún hábito tóxico? ¿Fumas, algún consumo de alguna sustancia ilícita?

—No.

—¿Antecedentes personales? ¿Sufrió de alguna enfermedad riesgosa? ¿Asma, anemia, tal vez?

—Sufrí de anemia una vez.

—¿Hace cuánto? —Me mira.

—Fue hace mucho tiempo; tres años. Me recuperé rápido.

Asiente.

—¿Cuál fue la última fecha de tu período?

Respondo cada una de las preguntas que me hace, todas son relacionadas a mi salud. Una vez terminamos con las preguntas, se pone de pie y nos deja un momento a solas para ir a imprimir la cartilla con los datos de mi información personal respecto a mi salud.

Caricias PeligrosasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora