Capítulo 25

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ADVERTENCIA: Este capítulo tiene contenido sexual y explícito e.e. Nada más que añadir, gracias por leer <3

Había transcurrido un tiempo desde que se instalaron en el palacio de verano

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Había transcurrido un tiempo desde que se instalaron en el palacio de verano. El clan Jaeger no había mostrado indicios de que estuviesen buscándolos, quizás porque la mansión estaba muy alejada, y en una buena posición, porque el rey había reforzado la seguridad, tanto la exterior como la interior.

Las cosas entre Eren y sus padres se habían enfriado, pero aún así, el omega se rehusaba a sentarse a conversar con ellos. Aún no estaba listo para tener esa charla, y remover las heridas del pasado. En su lugar, había encontrado un refugio en Isabel; con quien se llevó muy bien desde el primer día que conversaron, pasaban juntos algunas tardes en las cuales la castaña le había enseñado diversas artes. Asimismo, en su esposo. Se pasaba todo el tiempo detrás de él, temiendo que Ackerman se sintiese agobiado, pero, a él le encantaba tener a Eren cerca.

Por otra parte, unos días atrás, el castaño se había percatado de que algo no estaba bien con su cuerpo. Todos los días tenía náuseas matutinas, sentía su vientre y su pecho ligeramente más hinchados, y no había tenido su periodo en bastante tiempo. Todos esos factores apuntaban a una respuesta clave: estaba embarazado.

Los síntomas eran muy variados. Últimamente lloraba por cualquier cosa, y necesitaba a su alfa cerca todo el tiempo, y gracias a esta necesidad, había perdido el miedo a besarle. Constantemente, sentía ganas de crear un nido, y había dejado a Levi, prácticamente, sin ropa. Hasta casi había discutido con él, sobre por qué tenía tan pocas prendas, ya que el omega necesitaba muchas más. Levi solo resoplaba, y le ofrecía más almohadas y mantas, que él no dudaba en aceptar. El pobre alfa siempre les pedía a sus sirvientes que fueran al pueblo, a comprar más cosas para el nido.

Últimamente Eren le pedía cojines con formas bonitas. Por ejemplo, quería almohadas con forma de corazón, con forma de gato, y hasta con forma de comidas. Ackerman había tenido que contratar a una tejedora, para cumplir todas las peticiones de su omega, quien decía que así el nido se vería mucho más bonito y acogedor.

Respecto al nido, no permitía que nadie entrase. Eren se deprimía mucho siempre que algún sirviente llamaba a la puerta de su cuarto, y se sentía muy agobiado de pensar que alguien invadiría su espacio. Solo quería a Levi allí con él, quien tenía que consolar y secar las lágrimas del azabache, cada vez que sentía que alguien entraría en su zona de confort.

La primera pregunta que arrasó la mente del omega cuando se dio cuenta de su estado, fue la identidad del padre. Justo antes de ser secuestrado, él se había acostado con el azabache, y, además, ya desde aquel entonces, recordaba que tenía un retraso. Aunque eso no significaba nada, porque el omega era irregular de por sí. Pero, le daba una pequeña esperanza a la que aferrarse, para pensar que el papá de ese bebé podía ser su esposo. Y no el maldito que abusó de él.

La idea de llevar el bebé de Levi en sus entrañas le provocaba una enorme felicidad.

Ackerman le había dicho que le daba igual quien fuese el padre, él querría a ese niño como si fuera suyo. Y eso le daba muchos ánimos. No todos los alfas eran capaces de aceptar el hijo de otro, con tanta determinación y seguridad.

El Esposo del ReyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora