Cap 1. Mi desdichada vida

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¡Papi no me dejes! - gritaba mientras creí sentir la mano de mi padre sobre las mías y despertaba ahogada en llanto de aquella pesadilla que tenia a diario.

Tratando de calmar mis ansias de ver otra vez a mi padre me senté en la cama con la respiración agitada y una estúpida idea de terminar con mi sufrimiento de una vez por todas, corrí al baño de mi cuarto para sumergir mi cuerpo en la tina pero esto no es tan fácil como lo pintan, trate de acelerar el proceso y tomando un trozo de la botella del jabón liquido la cual rompí en pedazos contra el piso, titubeando la pase por mi muñeca hasta que vi correr la sangre en ella...

¡Espérame papá! - dije mientras miraba al techo de mi baño cerrando fuertemente los ojos intentando apresurar el proceso.

Ya casi sin fuerzas en mi cuerpo escuche la voz de Min la señora de servicio mientras se arrodillaba con el teléfono en su mano y evitaba que me sumergiera por completo en la tina.

¡Ya viene la ambulancia! ¡Aguanta Kye! - podía escuchar aun cuando mis ojos se cerraban.

((Quédate Conmigo)) -escuche gritar a un hombre mientras volvía en mi por lo que pensé que era mi padre

¿Papá? -pregunte mientras las lagrimas corrían por mis ojos en un intento por que mi vista se aclarara y verlo otra vez.

((Eres una chica muy linda)) ((Aun tienes toda tu vida por delante)) ¡Vamos! ((Quédate conmigo)) -estas fueron las palabras que salían de la boca de quien me di cuenta era un paramédico que intentaba salvar mi vida.

Al notar que no era mi padre rompí en llanto pero sin poder moverme para secar mis lágrimas ya que estaba atada a esa camilla, estúpido pensamiento de borrarme de este mundo que me había hecho parecer más débil de lo que soy frente a todos. Voltee a mi derecha y allí estaba la señora Min fiel amiga de mi hermanastro sosteniendo mi mano como si mi vida le importara tanto, del otro lado un paramédico limpiando el sudor de su frente después de haberme hecho despertar, yo solo dirigí mi mirada al vacío mientras pensaba que mi segundo intento de salir de este mundo había fracasado.

¿Te sientes mejor? -me pregunto el medico cuando entro a la habitación que me habían asignado después de que me trajera la ambulancia.

Vamos a revisar esa herida, llamamos a tu mamá y autorizo tu salida, dice que si deseas puedes regresar a casa en cuanto te sientas bien -esto era lo que me decía aquel hombre cuando yo solo me senté a la orilla de la cama mientras el revisaba mi muñeca y yo veía por la ventana los arboles que se movían debido al viento pues parecía que iba a llover.

Me levante en cuanto el salió, tome mi ropa la cual estaba doblada en una silla y al colocármela salí del hospital.

¡Señorita Kye espere! -escuche gritar detrás de mi cuando comencé a abrir la puerta de la salida.

¿Qué quieres? -le pregunte en baja voz deteniéndome en lo que hacia.

Comenzara a llover, quédese un día mas le hará bien.

¡Gracias por todo! Pero, mañana es lunes y debo ir a clases -le respondí terminando de salir de aquel sitio que me recordaba aun mas los últimos meses de vida de mi padre.

¡Déjeme acompañarla entonces! - seguía diciendo apurando el paso para acercarse a mi.

¡Ahora que lo pienso! ¿Qué hacia en mi casa un domingo? No es día de limpieza señora Min -le pregunte en un intento de hacerla titubear y se marchara por su cuenta.

¿Eh? ¿Yo? ¿Es que? Su mamá me llamo para que fuera a limpiar antes de volver -me respondió ocultando piezas de su historia.

¡Que bien! Mamá te llama mas a ti que a mi -empecé a murmurar mientras bajaba mi cabeza en lo que entraba a el subterráneo y había comenzado a llover.

Entre angeles y demoniosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora