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Amanece un nuevo día en Loran, los aventureros despertaban mientras tomaban sus cosas que, la noche previa, ya habían recogido para solo agarrarlas e irse al carruaje que los estaría esperando en la salida de la posada. Cuando se subieron, notaron la ausencia de los cofres que días antes habían evitado que robaran. Cuando emprendieron el viaje, miraron que al salir de la ciudad no se detuvieron para que se revisara si llevaban algo con ellos, pero no les sorprendió, ya que, después de lo que les conto Dimitri de aquella ciudad, sabían que eso podría suceder.

Como no sabían a qué altura del camino se encontraba aquel pueblo que comento Dimitri, le preguntaron sobre su destino.

–Dimitri, quiero saber algo... ¿Cuánto tiempo tardaremos en llegar al pueblo que comentaste? –Luna fue la que se atrevió a cuestionar, aunque su voz llevaba cierta timidez.

–Descuida llegaremos antes del mediodía.

–Y ¿cuándo saldremos de ahí? –El turno para hablar ahora fue de Argos.

–Antes del amanecer, para adelantar camino.

El tiempo paso mientras platicaban de las cosas que estaban viendo durante el camino. Pasaron por el amplio mar, por lo cual Luna no oculto su asombro ante tal paisaje, ya que nunca antes había estado en la playa.

–Pareces una niña con esa expresión – comentó el rubio para molestarla un rato.

–Cómo si nunca has mirado el mar –continuó Dimitri con la inocente burla.

–Pues es cierto, nunca lo había visto –teniendo una expresión que indicaba algo de molestia.

–No te preocupes, al lugar donde vamos está cerca del mar –le dijo a Luna para contentarla.

Con gran entusiasmo, Luna se sentó con la espera de llegar a su destino para poder conocer el océano por primera vez. Mientras los minutos pasaban, podrían sentir la brisa que expedía el mar, lo cual indicaba que el pueblo al cual se dirigían se encontraba cerca. En el momento en que el sol estuvo por completo encima de los aventureros, sintieron como el carruaje se detenía poco a poco y tomaba dirección hacia el mar. Cuando Argos y Luna asomaron la mirada por la ventana del carruaje, miraron unos cultivos los cuales estaban siendo trabajados por diversas personas, las cuales podían distinguir entre humanos y no humanos. Aquellos que tenían forma humana pero algunas partes de animal eran una sorpresa para Luna, pues nunca había visto a humanos y no humanos conviviendo juntos.

–No se preocupen, en este pueblo los humanos y no humanos conviven juntos –sabiendo que Luna tenía la duda de esto por su expresión.

–Esto me sorprende. Creía que los humanos y no humanos vivían en pueblos o ciudades separadas.

En el reino de Mantra, las condiciones en las cuales viven los humanos y los no humanos es muy diferente, al grado en que existen ciudades donde viven únicamente un grupo de seres. Esto es debido a que, anteriormente, se les consideraba a los que eran mitad humano y mitad bestia inferiores a las personas comunes, lo cual provocó que los primeros se convirtieran en esclavos de los segundos. Cuando se llegó al hartazgo de los no humanos por el trato que habían tenido, se revelaron y comenzaron una batalla por su libertad. Con el fin de evitar que se derramara más sangre, la familia imperial tomo la decisión de eliminar la esclavitud de los semihumanos en toda Mantra y se crearon colonias independientes para que ellos vivieran. Con el paso del tiempo esas colonias se convirtieron en pueblos y por último en ciudades.

–En la mayoría de los casos es así, pero en algunos pueblos alejados es común ver esto, ya que saben que unidos pueden hacer más. Hasta he logrado ver familias donde hay humanos y semihumanos juntos.

La leyenda de MantraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora