El alba aparecía en Kudra nuevamente. Un nuevo día se asomaba en aquella ciudad, los rayos de solo fueron los que terminaron el sueño de los ciudadanos, quienes se preparan para realizar sus actividades. En el gremio se empezaron a juntar los diferentes aventureros para comprar su desayuno y alistarse para las aventuras que les esperaban. Ante el cartelón de anuncios, todos los integrantes se agruparon, no por escoger un contrato en sí, lo hacían por un nuevo anuncio que les inquietaba demasiado.
Mientras Luna y Argos seguían comiendo, Dimitri se unió a los interesados para mirar que era lo que tenía a todos anonadados. Cuando estuvo directamente en frente del anuncio, contemplo la causa del alboroto de los aventureros. Velozmente fue a avisarle a sus amigos para que supieran lo que estaba ocurriendo.
–Lo que está pasando es algo sumamente impresionante –Dimitri apenas podía contener su entusiasmo–, se publicó un anuncio para inspeccionar una mina abandonada.
–Y ¿eso qué tiene de especial? –preguntó rápidamente Argos. Le sorprende el entusiasmo abrupto de su compañero–. Hay demasiadas minas abandonadas en todo el continente. ¿Qué tiene de especial esta?
–No es cualquier mina, Argos –su entusiasmo se expresaba más–, es la mina abandonada de Santinel.
Sus compañeros lo voltearon a ver abruptamente tras escuchar el lugar a donde quería ir Dimitri. Y no es para más.
Santinel era una mina misteriosa. Varios reinos querían saber que minerales podrían extraer de su interior. El primero en hacerlos fue el Reino del Este, pues estaba dentro de sus límites, posteriormente le siguieron los reinos del Sur y el Central; el Reino del Oeste no intento hacer algo pues sus recursos no le permitían una expedición hacia aquel territorio; el Reino del Norte no le tomo importancia al tema. Pero no tomó mucho tiempo para que los tres reinos involucrados decidieran ya no mandar más hombres al interior de la mina, pues aquel que entrase en ella, no salía para contar lo que se encontraba en aquel sombrío lugar.
Conforme las expediciones dejaron de ser frecuentes, la mina de Santinel se vio envuelta en diversos mitos que no hicieron sino expandir el miedo entre los aventureros y otros interesados en extraer los minerales de adentro; ante estas historias infundadas, poco a poco, empezaron a dejar de ir personas al interior de la cueva.
La misión para ingresar a la mina abandonada no solo inquietó a los aventureros, de igual forma llamo la atención de los habitantes de Kudra, pues querían saber quién sería la pobre alma que decidiría ingresar a tan peligroso lugar. Entre los aventureros se retaban unos a otros en modo de broma a tomar la misión, y así demostrar su hombría. Pero nadie, en su sano juicio, tomaría aquel arriesgado contrato. O al menos eso era lo que se pensaba en aquel momento.
Entre la aglomeración de personas frente al cartelón de misiones, se abrieron paso los tres aventureros y, sin importarles lo que los demás estuvieran haciendo o diciendo, caminaron entre ellos hasta toparse con la temeraria misión. Estando frente a ella, por segunda vez, Dimitri tomo sin pensar la hoja que indicaba las acciones a realizarse para cumplir con el contrato. Cuando se retiraron de ahí para avisar a Alfred que tomarían aquella misión, escucharon los comentarios que el resto de aventureros hacían unos a otros sobre aquellos valerosos hombres. Valerosos era una palabra poco ofensiva para referirse a ellos después de tomar aquella misión casi suicida.
–Deben de estar demasiado locos o muy necesitados para tomar esa misión –comento uno de los aventureros presentes a su compañero. Se tapaba la boca para que no pudieran escuchar su comentario.
–¿No son ellos los que acabaron con los Veras en la ciudad de Sedra? –comentó otra aventurera para recordar si son las mismas personas–. Una cosa es vencer a unas bestias, pero eso... No creo que puedan lograrlo.
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La leyenda de Mantra
Fantasy¿Hasta qué punto tu pasado te puede afectar? ¿Podemos hacer algo para combatir nuestro pasado? Esto es algo que muchos nos podemos preguntar, pero pocos pueden contestar. Dimitri, Luna y Argos tuvieron que hacer frente a su pasado con el fin de sent...