Saddest wedding

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—AU con Rubius y Auron siendo padres de Quackity.

—DNF de fondo.

—Imagen mental de Alexis con vestido.

—No pude evitar hacer y pensar en eso cuando leí algo acerca de Lady Di y su matrimonio con Carlos (Carlos, chinga a tu madre 09/05/23-31/08/23-∞)

—¿Seguro que quieres casarte con él? —preguntó el hombre más bajo, metiendo un mechón del cabello de su hijo detrás de la oreja de este, siendo sujetado de la cintura por su esposo

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—¿Seguro que quieres casarte con él? —preguntó el hombre más bajo, metiendo un mechón del cabello de su hijo detrás de la oreja de este, siendo sujetado de la cintura por su esposo.

—Sí —dijo Quackity con firmeza. —Lo amo.

—Estamos felices por ti, Quackity —dijo el noruego, dándole un beso en la frente a su hijo, que iba camino al altar.

Rubius y Auron lo dejaron, dirigiéndose al lugar de la boda, mientras el menor se terminaba de mentalizar: al terminar el día, ya no sería un feliz patito soltero, sino un feliz patito casado, con un maravilloso esposo. Le gustaba la idea que se había hecho en su cabeza, una familia feliz como la de sus padres y él.

Cuando llegó, sintió todos los ojos puestos en él. Su vestido era largo y blanco, no llevaba tacones, pero sí zapatillas blancas y un velo espeso cubriendo su cabello y cara.

Se sentía feliz, se sentía el hombre más afortunado del mundo, viendo a George, esperándolo en el altar. Él también se veía muy guapo, con su traje negro.

Sin embargo, la ilusión de Alex se rompió cuando lo vio a él. Dream. Con su traje negro de protocolo pero con detalles verdes y recordó cómo la noche anterior, George y Dream se habían jurado amor eterno, sabiendo que seguramente los deseos de Drem eran oponerse y escaparse con George.

Nadie podía ver qué debajo del velo, los ojos castaños empezaban a derramar lágrimas.

Miró a George mientras las palabras que los unían en matrimonio eran pronunciadas. Respiró profundamente, prefiriendo vivir en la ilusión que se había hecho, prefiriendo ser ciego ante el hecho de que su esposo amaba a alguien más, ante el hecho de que George miró con anhelo a Dream cuando la frase de “hablar ahora o callar para siempre” fue pronunciada.

—Pueden besarse...

Entonces, George levantó el velo de Quackity, para culminar el acto y vio las lágrimas que corrían por sus mejillas, lágrimas de tristeza pero que podían hacerse pasar por lágrimas de felicidad.

Quackity y George sellaron sus labios, destinados a algo que había sido maldito desde el principio.

𝐓𝐇𝐎𝐔𝐒𝐀𝐍𝐃 𝐖𝐎𝐑𝐃𝐒 | qnfDonde viven las historias. Descúbrelo ahora