—Amor no correspondido Alex | Quackity/GeorgeNotFound.
—Implícito Dream/GeorgeNotFound.
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Según sus amigos, era la fecha perfecta para declararse a su mejor amigo, con quién tenía un crush desde hace un tiempo.
Además, le habían dicho que George no estaba en una relación, por lo que era perfecto; quizás George no aceptaba sus sentimientos, quizás solo quedaban como amigos o una tercera posibilidad, la más aterradora, que George lo rechazara y humillara públicamente y dejaran de ser amigos.
Quackity había preparado chocolates, a todos les gustan los chocolates, ¿verdad? Además, Karl, Sapnap e incluso Wilbur lo habían recomendado. También tenía flores.
Se había esmerado en su preparación personal también. Se bañó extremadamente bien, se peinó y se puso su gorro —su pelo tenía que estar hermoso, por si George correspondía, le mostraría el cabello, cosa que nadie había visto nunca—; también se puso perfume y trató de no vestirse con su atuendo de “papá divorciado”.
¿Nada podía salir mal, verdad?
Se acercó a sus amigos, quienes le vieron con una sonrisa.
—Vamos, ve por ello, Quackity.
Luego fue al lugar donde había citado a George, así es, detrás de los baños. ¿Por qué lo hizo? Porque estaba bien tonto, pensando en cómo declararse, no en dónde.
—Um, ¿George?
George ya estaba ahí, había sido puntual esa vez y Quackity encontró tierno eso.
—Hola, Quackity. Oh, ¿te vas a declarar a alguien? —preguntó, viendo las cosas en sus brazos.
—Eh... sí... —susurró, su seguridad se desmoronó como un castillo de arena. —Son... son para ti, ¿sabes?
—¿Para mí?
Entonces la pequeña sonrisa en el rostro del mayor desapareció y se puso muy serio.
—S-Si... Estoy enamorado de ti, George. Me... me gustas...
—Oh, Quackity... lo lamento, no puedo corresponder tus sentimientos.
Quackity forzó una sonrisa, evitando llorar. Él sabía eso.
—Yo... yo... estoy intentando algo con Dream, ¿sabes? Yo no puedo... —inhaló profundamente, la confesión de su mejor amigo le había confundido. —¿Seguimos siendo amigos?
Quackity dio un paso atrás y George pudo ver cómo una lágrima traicionera dejaba los ojos de Quackity y se deslizaba en su piel.
—Si, pero... necesito un tiempo, y tú también... para olvidar esto.
Entonces Quackity se fue, y George pudo observar como las flores eran abandonadas en un cesto de basura.
—¿Quackity? —preguntó Karl, cuando vio llegar a su amigo—. ¿Qué...?
Quackity se lanzó a sus brazos, donde Karl lo abrazó y Sapnap se unió a ellos.
—George me rechazó... y duele, Karl, ¡y duele!
George me rechazó y morí...
Quackity no lo sabía, pero las flores dentro de él no hicieron más que florecer y crecer aún más.
