Aadya
Los entrenamientos de padre son bastantes duros, combate, resistencia, regeneración e incluso llegué a perder sangre. La verdad, no importaba cuál entrenamiento fuera porque en todos terminaba muy malherida, perdía el control de mi misma o llegaba a perder la conciencia.
Por dos años lloraba y le suplicaba a la Luna con lágrimas una y otra vez que me sacara de aquí, que me sacará de esta manada, que lo único que hacía era hacerme sentir mal y patética, pero nunca recibí respuesta alguna así que también llegué a pensar que la Luna también me había olvidado.
Solo tenía 4 años y ya me sentía abandonada por todos. Un día no aguante la presión y le grité a mi padre en el entrenamiento
¡¿POR QUÉ?!
¡¿POR QUÉ ME HACES ESTO A MI?!
¡YA NO QUIERO ENTRENAR MÁS!
¡ME DUELE! …
¡¿Po-r qu-e...no lo en-tien-den?! — solté al final llorando, no entendía nada. Y mi padre solo se quedó en silencio unos segundos para después solo decirme
“Levántate”
Me quedé sin habla por sus palabras, tan frías y secas pero también entendí que no importará cuánto les habla de como me sentía, al final nunca tomarían mis sentimientos en serio.
Así que me levanté y corrí saliendo de casa, adentrándome en la profundidad del bosque llorando, llegando así al río donde la Luna se ve con claridad en la noche y le empecé a reclamar.
¡¿POR QUÉ YO?!
¡¡MALDICIÓN!! ¡¡MALDICIÓN!! ¡¿POR QUÉ YO?!
¡¡¿POR QUÉ DEJASTE QUE NACIERA, SI MI DESTINO ERA SUFRIR?!!
¡¡MEJOR HUBIERAS DEJADO QUE MURIERA Y ASÍ... así no... tendría... que aguantar esto!
Caí sobre la tierra desolada, llorando, ocultando mi rostro en mis rodillas, liberando mi dolor.
— ¿Qué paso después? — preguntó Joel
— Cuando desperté Alan estaba a mi lado durmiendo y aunque seguimos en el bosque desde esa noche, sentí una conexión extraña con él, pero con lo que pasó, no sé que pensar, una parte de mí lo odia, pero otra... lo entiende
— ¿Qué fue lo hizo que lo odiaras?
— Cuando Alan cumplió 17 y se transformó por primera vez... encontró a su mate
— Si, eso lo sabía, su mate es la hija mayor del Alfa, pero ¿Eso qué tiene que ver?
— Todo. Aquí... todos me odian por la misma razón o eso creo, no importa cuánto trate de acoplarme siempre fue lo mismo y cuando Alan encontró a su mate todo cambio para mí. De un día a otro se alejó por completo de mí, no me miraba ni me dirigía la palabra, fue… Como si yo, ya no existiera ante él. Le pedí miles de veces una explicación, pero solo se alejaba sin decirme nada hasta que un día, como cualquier otro, me golpearon, la diferencia fue que él estaba ahí parado viendo como Claude me golpeaba mientras su hermana se burlaba.
¡Maldición! ¡Ese día me iban a matar!
¡¿Y él qué hizo?!
¡¡Nada!!
¡¡No hizo absolutamente nada!!
¡¡Solo se quedó parado viendo como me enterraban una cuchilla de roble blanco!! — grité al final molesta levantando mi playera para enseñarle la cicatriz que tenía cerca de mi costilla
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El Deseo de la Luna
FantasyDesde que tengo memoria, mi mirada siempre se a fijado en la luna y con lágrimas le ruego una y otra vez que me saque de aquí. Que me saque de está manada, de está manada que lo único que hace es hacerme sentir mal y patética. Por mucho tiempo he...