CAP 73

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Aadya

Me separé de Sebastián por falta de aire cubriendo de nuevo mi boca. Me giré y salí de la cabaña sintiendo mi rostro arder.

Ese hombre es peligroso y en todos los sentidos. Escuché sus pisadas viniendo atrás de mí. Volteo a verlo y veo que se está riendo mientras me mira de lejos. Me vuelvo a girar descubriendo mi boca sintiendo mi rostro arder más al verlo reír de mí, pero más porque volví a caer de nuevo.

Durante todo el camino yo fui al frente, ya que Sebastián no dejaba de sonreír cada vez que volteaba a verlo, así que decidí no verlo ni acercarme a él.

Llegamos a la manada y todos empezaron a recibir a Sebastián a excepción de Raúl que vino directo a mí tomando mi rostro.

— ¿Estás bien? ¿No te hizo nada? — pregunto preocupado moviendo mi rostro como una pelota.

— Estoy bien — dije y Raúl suspiro aliviado

— Qué bueno — susurro — Me habías preocupado porque ninguno de los dos llegaba

— A eso fue porque Sebastián estaba
desnudo y ...— suelto sin poder terminar, ya que Raúl me jala a su cuerpo cubriéndome fuerte

— ¿No se atrevió a mostrarse frente a una niña verdad? —

— ¿Qué?. No, ¿por quién me estás tomando? Jamás dejaría que me vieran desnudo — dice el serio y mentiroso de Sebastián. — Aadya fue todo el tiempo adelante hasta que encontramos una cabaña y me cambié

— ¿Es verdad lo que dice? — me pregunta

— Sí… Es verdad, ahora me podrías soltar, me estoy asfixiando. — miento cubriendo a Sebastián. Raúl me suelta y me alejo de él.
Los abrazos de Sebastián no son tan fuertes, Raúl casi me rompe en dos.

— ¿Entonces no viste nada?

— Que no. ¿Por qué son tan necios?

— Lo siento, pero incluso el Alfa tiene prohibido que lo vean desnudo y más si está comprometido

— ¿Y eso? — pregunto por curiosidad

— Nuestro cuerpo solo puede ser vistos por nuestra compañera, si alguien más lo ve y se entera nuestra compañera podría ponerse muy celosa y llegar a matar.

— Raros que intenso. Pues si solo es un cuerpo desnudo ni que fueran de diamantes para admirarlos tanto.

— Para nosotros es imposible no ponernos celosos, nadie más puede ver a nuestra compañera.

— Chales, Podres de ustedes imagínense si van a la playa, irán en pantalón y camisa, ¿o qué?

— Todo depende de nuestr@ mate

— Lástima, los compadezco lo bueno que me iré de aquí — solté sin pensar

— ¡¿Qué dijiste?! — gruño Sebastián al oírme

— Que.. Que ya me voy — digo rápido. De nuevo la volví a regar. Pienso y veo a Emilio no muy lejos — Tengo que hablar con Emilio — me escudo.

— ¡Aadya! — me grita Sebastián cuando ya estaba por irme

— Mandé — le contesto

— Te quiero en mi casa

— Ah está bien — digo con toda la intención de irme

— A las 8 — ordenó y yo volteo a verlo

— ¿Tan temprano? — reclamo

— Sí.

— Per...

— Y donde no llegues iré por ti y no te va a gustar — me amenaza y me doy media vuelta pateando una piedra.

Ash, por eso, no quería decirle que se había ido Alan con él todo es temprano. Reprochó caminando hasta Emilio.

— Hola. — lo saludo, pero Emilio solo me mira y vuelve agachar su mirada

— Aaa... ¿podemos hablar? — pido, aún no he olvidado que yo fui la que se alejó de él o más bien de ellos.

— ¡¿Para qué?!… Si ustedes fueron los que me alejaron, yo lo quería arreglar incluso cuando no fue mi culpa, pero a ustedes no les importo como yo me sentía y solo se alejaron — se expresó con dolor dejando salir pequeñas lágrimas para después irse.

Me dolió lo que me dijo y más verlo así, no lo culpo y está en todo su derecho de estar enojado conmigo porque es verdad lo que dijo. Solo nos alejamos, y aunque le pedí perdón a Jack, jamás fui a pedirle perdón a Emilio, ya que por mi culpa igual Jack se alejó de él.

Y aunque quiera arreglarlo, no sé cómo porque ¿Qué puedo hacer para acercarme a ellos de nuevo?.

Pienso en una solución mientras camino por la manada buscando a Jack, encontrándolo por fin después de casi dos horas en el campo de entrenamiento entrenado con el bastón de combate solo.

Voy por atrás del campo para que no me vea, tomo un bastón de combate y me acerco a él. Recuerdo las veces que me tocaba combatir con él y por no poder darle la cara decidía cambiarlo.

— ¿Un combate? — pido llamando si atención. Jack voltea, pero al verme vuelve agachar su mirada

— Lo siento ya terminé.

— ¿Tan rápido?

— Llevo horas entrenando solo tú… podrías hacer lo mismo — dice para después pasar a lado de mí.

Lo miro y así como él me pidió perdón la vez que me lanzó una piedra ahora yo igual digo lo mismo

— Lo siento Jack — susurro lanzando mi bastón que le cae en la cabeza logrando tirarlo

— ¡¿Qué te pasa?! — grita molesto levantándose

— Mmm... pues fíjate que no te voy a dejar ir hasta tener un combate contigo

— ¿Es en serio? — se acerca a mi molesto — que te parece si te traigo a tu compañero con el que cambias papel de seguro con él te encantará combatir.

— No, no lo necesito, a él ya le gané varias veces y es aburrido repetir victorias — doy un paso quedando frente a Jack — que te parece si tú y yo resolvemos lo nuestro de una vez. ¿O qué tienes miedo a que igual pierdas contra mí? — Lo provocó a diferencia de Emilio, que es más sensible, Jack se vuelve más sincero cuando está enojado.

— Espero que goces de tu decepción — dice molesto tomando su bastón

— Lo mismo digo — querido amigo.

El Deseo de la Luna Donde viven las historias. Descúbrelo ahora