Aadya
Termine de bañarme en el cuarto de Joel y regrese al mío para después bajar y comer. Alan me estaba esperando sentando en frente de la mesa con las manos en su sobre la mesa a cada lado del plato servido. Al verme con su mano hizo la seña para qué me sentará a comer. Le hice caso y me senté, los dos empezamos a comer en silencio sin nada que decir.
Los días fueron pasando y me fui dando cuenta que lo que le dijo al alfa era verdad, desde su llegada todo fue diferente, no me entreno ni me dejó entrenar, solo iba al instituto y regresaba, incluso deje de ver al alfa y a Raúl, pero para mí él verlo en la casa me estresaba, no me sentía cómoda y de seguro él tampoco por lo que los primeros días me iba con Emilio y Jack a las cascadas nos distraíamos allá, regresando hasta en la noche.
Alan eso no le gustaba porque no comíamos durante la tarde, pero tampoco podía impedirlo, ya que sabía que no me sentía cómoda. Así que empezó a poner comida para el camino y para comer allá. Al principio me sorprendí por su atención hacia mí, pero después me acostumbré a tomar la comida e irme.
Dos semanas pasaron desde que Alan llegó y me acostumbré a irme a las cascadas sola y a veces acompañada, ya que Jack y Emilio no podían acompañarme seguido. Ellos, a diferencia de mí, no podían descuidar tanto su entrenamiento, así que había veces en las que yo iba sola. Cómo ahora que me estoy preparando para salir.
— Ya me voy — dije bajando las escaleras llevando conmigo mi mochila
— No tienes tarea — Alan sale de la cocina al oírme
— No.
— Toma. — me da un toper de comida. Lo agarro y me acerco a la mesa para meterlo en la mochila. La verdad si da hambre allá, así que no puedo rechazar esto.
— Gracias — digo y camino hacia la puerta abriéndola.
— Que no se te olvide comer — grita antes de que yo cierre la puerta y sonrió asintiendo para después cerrar la puerta e irme.
Camino por el bosque pisando las hojas que hacen ruido cargando la mochila en un solo hombro viendo el río de lejos, pero antes de llegar por completo a el, escucho una voz diferente y me acerco acercó con cuidado viendo aún joven de cabello negro, ojos verdes, trae un pantalón negro y una camisa roja.
Avienta una piedra molesto. — Por qué no eres como tú hermana — dice arremedando — ella ya tiene todo solucionado y tú — avienta otra piedra — ¡Solo eres un inútil!. — suspira dejándose caer frente al río — Si tan solo supiera que fue su idea traicionar a nuestra hermana, no estaría tan…— Levanta la vista y la fija viéndome.
Ya me descubrió, pienso cerrando mis ojos y cuando los abro ya lo tengo enfrente, Es rápido.
— ¿Quién eres? — pregunta y yo levanto mi vista viéndolo. Es un vampiro, sus ojos me lo confirman.
— Un fantasma — digo pasando a lado de él caminando hacia el río. Su actuar y su forma de preguntarme me hacen pensar que no es despiadado porque mientras otros me hubieran detenido o ahorcarme, él solo me preguntó y me dejó seguir.
— ¿un fantasma?
— Así es.
— ¿Estás jugando conmigo?
— como crees — volteo a verlo riendo sentándome cerca del río para después sacar el toper de comida que Alan me dio, lo abro
— ¿Vienes a comer aquí? — se sienta a lado de mi
— No. Vengo a distraerme aquí. — digo viendo que es lo que Alan me puso, que es sopa fría, una milanesa, mucha col con su limón y una naranja cortada con tajín alado en una pequeña bolsa.
Ufff, esta vez se lució pienso y veo al Vampiro que igual se le queda viendo
— ¿Quieres?
— No. Estoy aquí por una misión — Dice volteando a ver al frente serio.
— No te pregunté, pero, ¿qué misión tienes? — pregunto empezando a comer
— Una misión muy importante.
— ¿Y por qué en territorio de lobos?
— Porque aquí la magia digo que estaba.
— Mmm... ¿Y qué buscas?
— Busco a — se queda pensando y me mira —¿por qué te tengo que estar respondiendo yo cuando tú fuiste la intrusa?
—mmmm… No. — niego mientras me pasó mi pedazo de comida — Te equivocas, aquí el intruso eres tú. — digo mientras corto otro pedazo de comida — Yo vengo diario y nunca te había visto, además estás en territorio enemigo y yo no.
Ríe negando — Si estoy en territorio enemigo y tú no ¿Por qué no vas y me delatas con tu alfa?
Sonrió — lo hubiera hecho, si tuvieras malas intenciones, pero estás aquí sentado conmigo. No sé que buscas, pero déjame decirte que todo aquí es tranquilo. ¿Quieres naranja?
— Un pedazo — la toma y se la come
— Realmente no es nada malo, bueno, al menos para mí, ya que estoy buscando al hijo de mi hermana
— ¿Huyó de casa?
— No, no. Nada que ver es una historia larga, mi padre quiere conocer a su nieto, pero igual quiere vengarse, el problema es que no sé, si lo acepte, así que por eso lo estoy buscando, no quiero que le hagan nada.
— ¿Es muy importante para ti, tu sobrino?
— Sí. Es lo único que me queda de mi hermana y yo sé que esperaba con ilusión a su hijo.
— ¿Murió?
— La mataron.
— oh, lo siento mucho.
— Gracias. ¿Y tú qué haces aquí? ¿Por qué vienes seguido?
— Bueno, mi hermano está de viaje y le pido a mi otro hermano al que le tengo rencor que cuidara de mí, entonces estar en casa es…
Me interrumpe — Sofocante.
— Si
— ¿por qué le tienes rencor?
— porque... bueno es que antes nos llevamos bien. — me acomodo para verlo mientras le cuento — pero siento que como no soy su hermana de sangre cuando él encontró a su pareja cambio mucho conmigo y eso llegó a una desilusión muy grande que aún no logro aceptar
— Quieres mi opinión sincera
— Sí.
— Sal de ahí. Aléjate de él, los lobos son traicioneros y más si no eres su verdadera familia.
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El Deseo de la Luna
FantasyDesde que tengo memoria, mi mirada siempre se a fijado en la luna y con lágrimas le ruego una y otra vez que me saque de aquí. Que me saque de está manada, de está manada que lo único que hace es hacerme sentir mal y patética. Por mucho tiempo he...