CAP 88

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Aadya

mi cuerpo reacciona, siento algo suave en mi rostro, abro mis ojos poco a poco. Dándome cuenta de que estoy boca abajo recargando mi rostro sobre una almohada.

Nuevo mis manos a mis costados, apoyando mis palmas sobre el sillón, levantándome poco a poco, sintiendo mi espalda pesada al lograr sentarme.

— ¡No te levantes! — grita Emilio que viene bajando las escaleras. — Vamos acuéstate de nuevo — dice colocando sus manos en mis hombros tratando de que me vuelva acostar.

— Tranquilo, me siento bien.

— Estás bromeando, tus heridas se pueden abrir de nuevo.

— no te preocupes, no me esforzaré mucho, ¿cuánto tiempo...— volteo a hacia la venta, escuchando que hay ruidos extraños allá fuera — llevo inconsciente? — pregunto volviendo mi vista a Emilio.

— no mucho, como 7 minutos, incluso apenas el padre de Haro se fue.

— Pensé que...

— ¡Ahh! — se escuchan varios gritos extraños que provienen de a fuera y tanto Emilio como yo volteamos, nos levantamos desconcertados y vamos hacia la puerta. La obró y vemos a miembros de la manada correr.

No entendía lo que pasaba, así que, salí un poco más viendo para poder entender la razón de porque corrían.

Mire hacia el lado contrario donde corrían, y sin saber cómo reaccionar me quedé quieta observando todo lo que estaba pasando.

La manada está siendo destruida, frente a mí, Muchos vampiros estaban atacando, persiguiendo y destruyendo todo lo que se les cruzaba, mientras que unos miembros de la manada trataban de detenerlos a toda costa.

No podía creer lo que estaba viendo, pero una guerra estaba comenzando. El fuego cada vez se expandía más, empezando hacer polvo todo lo que consumía. Mire a todos lados notando el gran desastre que estaban provocando, llegando mi vista de nuevo a Emilio, quien ya se encontraba con su madre, quién me hizo una seña para correr.

Ellos empezaron a correr primero, y después yo los empecé a seguir, voltee por última vez hacia atrás notando que varios vampiros aspiraron el aire soltándolo después de unos instantes dirigiendo su mirada y su atención hacia mí.

Eso me alteró y provocó que por todo mi cuerpo pasará un escalofrío de miedo, terror y más porque recordé que no traigo mi pulsera puesta.

Me giré volviendo a correr siguiendo a la mamá de Emilio, viendo como todos corren hacia el mismo lado llevando a los niños.

nos estamos dirigiendo al refugio. pienso mientras sigo a la mamá de Emilio pero de la nada, siento a alguien de mi lado derecho, volteo por inercia y veo que es un vampiro de ojos rojos sonriéndome.

Mi corazón se exalta al verlo y ver qué estira su mano para agarrarme, pero por inercia reaccionó esquivando su mano provocando que se cayera al suelo, mientras que atrás de mí se posicionaba otro y con su rápido moviendo trato de tomarme por la espalda con ambos brazos. Y yo al notarlo me agachó, giro sobre mi eje pateando sus pies logrando tirarlo, pero igual caigo al suelo por los nervios que siento, sin embargo, así como caigo, estiró y encojo mis piernas dos veces rápido para después levantarme con ayuda de mis manos empezando a correr del lado contrario a Emilio.

— ¡Aadya! — grito Emilio, sin embargo, yo seguí corriendo hacia el otro lado al notar que si vienen hacia mí.

Corro lo más rápido que puedo huyendo de ellos con mis nervios de punta, ya que cada vez siento que estoy siendo rodeada por más y más.

Me detengo un instante al no reconocer dónde estoy, solo corrí para poder huir, pero no sé dónde estoy, Es de noche y la luna ahora no ayuda.

“Crack”

Escucho una rama romperse y dejando de buscar donde me encuentro para  volver a correr.

— No escaparás — escucho que dicen detrás de mí divertidos. Y tienen razón no podré escapar, si no sé cuántos me vienen siguiendo.

Me detengo y con mi corazón latiendo a más no poder trato de controlarme y guardar el miedo que me está provocando esto. Esto es lo que se siente ser cazada. Pienso controlando mi respiración

— por qué no sales de tu escondite con tus amigos. — digo y veo como van saliendo los vampiros detrás de los árboles

(Maldición son muchos)

— Porque no vienes con nosotros de buena manera, prometemos que no te haremos daño

sonrío de lado ocultado mis nervios al no ver quién es el que está hablando — ¿En serio?

— Claro, nuestras indicaciones son claras, llevarte con vida. — dice saliendo el vampiro que habla

— ¿Indicaciones? ¿De quién?. Susan de nuevo — Suelto y el Vampiro ríe

— ¿Susan?. No por su puesto que no, ella no tiene nada que ver con nosotros. Así que, ¿Qué dices? — estira su mano hacia mí para que la tome. Camino hacia él, estiro mi mano y cuando ya estoy cerca de él, lo empujó estrellando su cuerpo contra el árbol más cerca.

— Ni en un millón de años — suelto volviendo a correr una vez que lo deje ahí y puede contar a todos.

— Atrápenla — ordena y todos vuelven a perseguirme… Corro lo más rápido que puedo, pero uno de ellos me alcanza y con un movimiento rápido coloca su palma de su mano en mi hombro jalándome hacia atrás haciendo que caiga al suelo y otro vampiro se lance sobre mí tratando de morderme,  lo detengo de su cuello alejándolo de mi rostro estábamos forcejeando tanto que después siento como me toman de mi pie izquierdo y me jalan rápido hacía bajo sobre el piso para posteriormente lanzarme sobre un árbol provocando que choque contra él, sintiendo dolor en espalda quejándome al instante del impacto — ¡Augh! — suelto sintiendo como mi sangre recorre mi espalda de nuevo.

Los vampiros se me quedan viendo acercándose lento mientras yo trato de levantarme de nuevo y librarme de ellos, pero el Vampiro que aventé contra el árbol me lo prohíbe al acercarse a mi rápido tomándome del cuello contra el árbol.

— Quería ser piadoso, pero veo que tendré que llevarte a la fuerza! — Aprieta con fuerza mi cuello quitándome la oportunidad de poder respirar.

Golpeó si brazo un par de veces tratando de liberarme, pero cada vez respiro menos, perdiendo un poco de mi visión.

— Su...Suelta...me.

El Deseo de la Luna Donde viven las historias. Descúbrelo ahora