Aadya
El guardia se fue y me dejó sola aquí con él. El Alfa no ha volteado a verme, está en la ventana viendo hacia afuera, pero no me confío.
Recuerdo que la primera vez que hablo conmigo aquí llego Alón y si estaba enojado, molesto, pero en esta ocasión puedo asegurar que no es igual. Tan solo su presencia de ahora es más intensa que es asfixiante.
— ¿Dónde estabas? — pregunta sin verme.
Y trago grueso. La vez pasada igual inicio con esa pregunta y se enojó por mi contestación.
¿Qué puedo decirle ahora?.
¿Caminado de nuevo?, eso lo volvería a molestar además quien camina tanto que llega en la madrugada.— Contéstame — voltea a verme lento mirándome fijamente a los ojos.
Esto no es nada bueno. Pienso al ver sus ojos rojos. Igual Left está unido a él.
¿Cómo es posible que sigan unidos después de tanto tiempo?. Eso es imposible.
Trago grueso agachando mi mirada al suelo, ni siquiera puedo aguantar su mirada en mí.
— Aadya — me vuelve hablar caminando de manera lenta hacia mí, pero yo al darme cuenta igual doy pequeños pasos hacia atrás chocando al final con la puerta, deteniendo mi paso.
El Alfa llega hasta mí. Puedo notarlo ya que sus pies están enfrente de los míos aún sigo con mi vista en el suelo
— Contéstame — pide tomando mi rostro con fuerza levantándolo para que lo vea, sin embargo, sus ojos son tan intimidantes que cierro los míos para no verlo
— Es-esstaba...Ca-caminando — digo sin verlo
— ¿Por qué no me dijiste lo de Alan?
— No...no lo creí impor…tante
— hmp, no lo creíste importante — Levanta más mi barbilla y yo abro mis ojos viendo sus ojos rojos eufóricos en mí — ¡Sabes que por tu culpa! ¡Tú ve que regresar! — me suelta y empieza a romper todo de nuevo.
Me asusto por su actitud y corro atrás de su escritorio que está volteado de lado
— ¡He perdido su rastro! — voltea de nuevo a verme.
Este no es Sebastián. Él no se comportaría así. Estoy segura de que Left está unido a él, pero incluso esto es imposible cómo es que se unió como Alfa Supremo.
¿Qué fue lo que desató su irá?
Porque no creo que sea solo porque no le dije lo de Alan, debe de haber algo más que lo enfureció.
— ¡¿Sabes lo difícil que fue encontrarla?!
¡¡Y que ahora por tu culpa tuve que regresar!!
¡¡¡¿Qué tan difícil es que te quedes en casa?!!!— S-Solo salí
— ¡¡Solo saliste!! ¡¿Y qué son estas horas de llegada?! ¡¡Sabes que si no fuera por la promesa que le hice a Joel que estaría al pendiente de ti, ni siquiera me importaría si volvías o no!!. ¡¡Pero como lo prometí, tuve que regresar, cuando podía estar todavía allá fuera buscándola!! — gruño con odio hacia mí sin dejarme hablar, aventando todo a su paso.
— No...— quería hablar, volví a guardar silencio, tengo que pensar antes lo que tengo que decir. No puedo responderle como le respondía a Sebastián. — ¿Por qué no sales ahora?. Ya regresé, no necesitas preocuparte por mí.
— ¡¡¿Qué estás diciendo?!!
— Vamos. Si...Si es tan importante lo que estás buscando ve. Yo no quería irme, solo caminé, no pensé que te enterarás así y que actuarias de esta manera.
— ¡¿Qué no entiendes?! ¡¡Perdí su rastro por ese maldito vampiro!!
— ¿Vam... Vampiro?
— ¡Si!. Vampiro. Hay vampiros rodeando toda la manada y tú te vas todo el día ¡¿Cómo no querías que me preocupara?!
— Pero ahora estás desquitando tu odio conmigo
— ¡¡Por qué tú no llegabas!!
— Eso... eso no tiene nada que ver.
— Tiene todo que ver
— No. Claro que no, — digo — me estás reclamando de algo que no es mi culpa, tú dices que no lo pudiste encontrar, pero yo no te lo impedí no encontrarlo. Y si no lo encontraste fue por ti, no por mí.
— ¡¡Fue tu culpa!! — gruñe rompiendo un cuadro
— No, claro que no. Yo no hice nada. Si salí lo admito y no te dije nada de Alan porque no quería molestarte a ti ni a Joel que está ayudando a otras manadas.
— Si lo que querías era no molestarnos, hiciste todo mal porque Joel va a regresar.
— ¿Qué? — pregunto sin poder creerlo. ¿Que están urgente es para que él encuéntralo para que actúe de esta forma?
¿Qué demonios es lo que perdió?— ¿Y las demás manadas?. No puedes traer a Joel solo porque sí, tiene que terminar de ayudar.
— ¡¡No le importan los demás!!. Es hora de que yo busqué lo que me pertenece — Sentencia mirándome a los ojos.
Sebastián está mal, no puede quitarle la ayuda a los demás solo por algo que no lo logro encontrar, además mandarlo a traer de regreso es impulsivo de su parte, pero hablar con él ahora es imposible, nadie lo hará reaccionar si sigue es esa forma.
Camino hasta la puerta del despacho queriendo salir, pero Left o Sebastián me lo impiden
— ¡¿Adónde vas?!
— Ya lo mandaste a traer, ¿no?. No tengo nada que hacer aquí, esperaré a Joel en la casa — pongo mi mano en la manija para abrirla, pero el Alfa me lo impide colocando su mano sobre la mía con fuerza.
— ¡¡Tú no vas a ningún lado!!
— Espera Sebastián suelta mi mano — trato de zafarme de su agarre, pero la aprieta más fuerte
tanto que me lastima.— ¡¡Esperarás aquí conmigo hasta que él llegué!! ¡¡Y si no llega hoy me acompañarás a todos lados y ten por seguro que no te perderé de vista ni un instante!!
— Esto no fue mi culpa, déjame ir — trato de imponerme a su orden
— ¡¡No me importa!! — apretá más mi mano.
¡Maldición! ¡Esto duele!. Tengo que salir de aquí, Sebastián no está cuerdo y no sabe lo que hace.
— Sebastián, por favor, suelta mi... mano — pido, pero él solo me mira eufórico. Lleva su vista a mi mano que aprieta, pero lo único que hace es jalarme en dirección al sofá.
Yo al ver eso trato de zafarme con más fuerza. Él no está teniendo piedad, así que yo igual no puedo tenerla. Logro zafarme de su agarre al utilizar mi lado Vampiro, pero los dos nos quedamos sin movernos unos instantes, Sebastián porque vio que me solté y yo porque vi su expresión de enojo reaccionando solo por qué una voz en mi cabeza me grita.
(¡Corre!)
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El Deseo de la Luna
FantasyDesde que tengo memoria, mi mirada siempre se a fijado en la luna y con lágrimas le ruego una y otra vez que me saque de aquí. Que me saque de está manada, de está manada que lo único que hace es hacerme sentir mal y patética. Por mucho tiempo he...