Sentimiento Oculto

Capítulo 15

•15•

Cristal.

La claridad del día entrando por la ventana me despierta, me siento en la cama, me doy cuenta que solo traigo puesta la camisa de Gael y las bragas. Me froto los ojos bostezando para luego pasarme la mano por el cabello, tengo un ligero dolor de cabeza por todo lo que consumí ayer.

Me levanto, salgo de la habitación en rumbo a la cocina para hacerme un café bien cargado, tengo que quitarme el dolor de cabeza. Sobre la encimera al lado de la cafetera hay una nota.

Math vino a recogerme, no te preocupes por mi. Espero que no te arrepientas de
todo lo que pasó anoche. Te amo, Cuídate.

Gael.

Dejo la hoja donde estaba puesta y comienzo a preparar el café. Paso la mano por mi cabello, miro el vapor salir de la cafetera mientras los recuerdos de anoche llegan a mi mente. Fue una noche muy loca la verdad, tenía mucho que no tomaba tanto y me divertía así. Sonrío y me muerdo el labio inferior recordando también la agitada noche que tuve con Gael, el como quería hacerme creer que no siempre iba a conseguir lo que quería pero siempre lo obtuve.

Me sirvo el café en una taza, la cojo al mismo tiempo que cojo el papel con el escrito, camino hacia mi habitación de nuevo y tiro el papel en el bote de basura de la esquina. Bebo un sorbo para comenzar a buscar unos calmantes, saco una de las pastillas del frasco al conseguirlo y me la tomo junto con todo el café, siento el ardor en mi boca al ingerirlo porque estaba caliente.

Voy a el baño, me doy una ducha, luego lavo mis dientes frente al lavabo y me visto con mi ropa habitual. Cojo las llaves del coche junto con mi móvil de la mesita de noche, lo enciendo para ver la hora, joder, es más de medio día, meto el móvil en uno de los bolsillos de mis vaqueros. Salgo del apartamento cerrando con llave detrás de mi, me introduzco en el ascensor y presiono el botón que da a la recepción, en pocos segundos después este se pone en movimiento.

Al abrirse las puertas salgo, no hay nadie por aquí, camino con tranquilidad hacia la salida al aparcamiento pero al hacerlo me siento observada, es una sensación muy extraña, no debería sentirme así ya que nadie se encuentra por aquí. Estando en el marco de la puerta miro hacia atrás para confirmar lo que ya sabía, de verdad creo que estoy mal de la cabeza. Cuando volteo para caminar hacia el coche de reojo veo pasar una sombra oscura muy rápido por la recepción que hace que me detenga en seco, otra sensación más fuerte se apodera de mi acentuándose en mi estómago, es miedo. Respiro hondo y vuelvo a mirar.

Nada.

Todo esta completamente vacío.

Miro al frente, me paso un mechón de cabello por detrás de la oreja y camino hacia el coche restándole importancia, enciendo el motor y me dirijo a una de las tiendas de maquillaje y vestuario para teatro. Veo el cielo mientras manejo, hay muchas nubes grises esparcidas, al parecer quiere llover hoy, esto sí que interfiere con mis planes. Estaciono el coche frente a la tienda que solía frecuentar cuando estudiaba teatro, bajo del auto, al empujar la puerta de la tienda suena una pequeña campañilla sobre esta. Dentro hay muchos maniquís con atuendos de las mejores obras teatrales más conocidas de todo Madrid, closets llenos de más prendas, detrás del mostrador hay muchos estantes con maquillaje, peluquines de todos los colores, tintes, bigotes, lentes, joyas falsas y demás cosas.

El señor mayor con cabello y bigote blanco, cejas espesas y ojos cansados detrás del mostrador me recibe con una sonrisa amable la cual le devuelvo de la misma manera. Siempre que tenía tiempo venía y me pasaba horas contemplando todas las cosas de la inmensa tienda, siempre hablaba con él sobre mi pasión por el teatro y muchas cosas más, mi sonrisa se transforma en una nostálgica de solo recordarlo.