³Alicia y el Prisionero de Azkaban [LRYEA: ✔︎]

18¬BAD FEELLINGS

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↻Malos sentimientos 

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━━━━━━━LOS EXÁMENES SE ECHABAN ENCIMA Y, EN LUGAR DE HOLGAZANEAR, LOS ESTUDIANTES TENÍAN QUE PERMANECER DENTRO DEL CASTILLO. La euforia del partido de quidditch había durado al menos una semana, pero ya había que volver a la realidad.

Alicia estaba nerviosa, muy nerviosa. Le constaba concentrarse, se le revolvía el estómago al pensar en la idea de suspender, y comenzaba a tener problemas de sueño. Harry estaba algo preocupado, tanto por ella como por Hermione, que estaba peor. Alicia, Harry y Ron habían dejado de preguntarle cómo se las apañaba para acudir a la vez a varias clases, pero no pudieron contenerse cuando vieron el calendario de exámenes que tenía. La primera columna indicaba:

LUNES

9 en punto: Aritmancia

9 en punto: Transformaciones

Comida

1 en punto: Encantamientos

1 en punto: Runas Antiguas

—¿Hermione? —dijo Ron con cautela—. Eeeh... ¿estás segura de que has copiado bien el calendario de exámenes?

—¿Qué? —dijo Hermione bruscamente, cogiendo el calendario y observándolo—. Claro que lo he copiado bien.

—¿Serviría de algo preguntarte cómo vas a hacer dos exámenes a la vez? —le dijo Harry.

—No —respondió Hermione lacónicamente—. ¿Habéis visto mi ejemplar de Numerología y gramática?

—Sí, lo cogí para leer en la cama —dijo Ron en voz muy baja.

Hermione empezó a revolver entre montañas de pergaminos en busca del libro. Entonces se oyó un leve roce en la ventana. Hedwig entró aleteando, con un sobre fuertemente atenazado en el pico.

—Es de Hagrid —dijo Harry, abriendo el sobre—. La apelación de Buckbeak se ha fijado para el día 6.

—Es el día que terminamos los exámenes —observó Hermione, que seguía buscando el libro de Aritmancia.

—Y tendrá lugar aquí. Vendrá alguien del Ministerio de Magia y un verdugo.

Alicia levantó la vista de su libro de Transformaciones, sobresaltada— ¡Traen a un verdugo a la sesión de apelación! Es como si ya estuviera decidido.

—Sí, eso parece —dijo Harry pensativo.

—¡No pueden hacerlo! —gritó Ron—. ¡He pasado años leyendo cosas para su defensa! ¡No pueden pasarlo todo por alto!

Pero Alicia tenía la horrible sensación de que la Comisión para las Criaturas Peligrosas había tomado ya su decisión, presionada por el señor Malfoy. Y lo único que podía hacer Harry era contenerse para no imitar a Alicia cuando abofeteó a Malfoy. Lo peor de todo era que no tenían tiempo ni ocasión de visitar a Hagrid, porque las nuevas y estrictas medidas de seguridad no se habían levantado.