14¬ANGRYS

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↻Enfadados

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━━━━━━━ A LA HORA DEL ALMUERZO BAJARON AL GRAN COMEDOR Y DESCUBRIERON que habían vuelto a arrimar las mesas a los muros, y que ahora sólo había, en mitad del salón, una mesa con doce cubiertos.

Se encontraban allí los profesores Dumbledore, McGonagall, Snape, Sprout y Flitwick, junto con Filch, el conserje, que se había quitado la habitual chaqueta marrón y llevaba puesto un frac viejo y mohoso. Sólo había otros dos alumnos: dos del primer curso.

A Alicia le hizo gracia el panorama, sin saber por qué, y ajustó el moño desecho que se había hecho para disimular la risa—¡Felices Pascuas! —dijo Dumbledore cuando Harry, Alicia, Ron y Hermione se acercaron a la mesa—. Como somos tan pocos, me pareció absurdo utilizar las mesas de los colegios. ¡Sentaos, sentaos!

—Una idea espléndida, director —dijo Alicia, con una sonrisita. Después agarró a Harry de la mano y tiró de él para sentarse juntos. Dumbledore los observó con gracia mientras que Minerva fruncía el ceño, con notable molestia.

Ron y Hermione se sentaron junto a ellos al final de la mesa—¡Cohetes sorpresa! —dijo Dumbledore entusiasmado, alargando a Snape el extremo de uno grande de color de plata. 

Snape lo cogió a regañadientes y tiró. Sonó un estampido, el cohete salió disparado y dejó tras de sí un sombrero de bruja grande y puntiagudo, con un buitre disecado en la punta. Harry, acordándose del boggart, miró a Alicia y a Ron y los tres se rieron. Snape apretó los labios y empujó el sombrero hacia Dumbledore, que enseguida cambió el suyo por aquél.

—¡A comer! —aconsejó a todo el mundo, sonriendo.

Mientras Alicia se servía patatas asadas, pensó en dónde estaría el profesor Lupin. Las puertas del Gran Comedor volvieron a abrirse y ella miró, esperanzada, pero era la profesora Trelawney, que se deslizaba hacia ellos como si fuera sobre ruedas. Dada la ocasión, se había puesto un vestido verde de lentejuelas que acentuaba su aspecto de libélula gigante.

—¡Sybill, qué sorpresa tan agradable! —dijo Dumbledore, poniéndose en pie.

—He estado consultando la bola de cristal, señor director —dijo la profesora Trelawney con su voz más lejana—. Y ante mi sorpresa, me he visto abandonando mi almuerzo solitario y reuniéndome con vosotros. ¿Quién soy yo para negar los designios del destino? Dejé la torre y vine a toda prisa, pero os ruego que me perdonéis por la tardanza

—Por supuesto —dijo Dumbledore, parpadeando—. Permíteme que te acerque una silla...

E hizo, con la varita, que por el aire se acercara una silla que dio unas vueltas antes de caer ruidosamente entre los profesores Snape y McGonagall. La profesora Trelawney, sin embargo, no se sentó. Sus enormes ojos habían vagado por toda la mesa y de pronto dio un leve grito.

—¡No, señor director! ¡Si me siento seremos trece en la mesa! ¡Nada da peor suerte! ¡No olvidéis nunca que cuando trece comen juntos, el primero en levantarse es el primero en morir!

³Alicia y el Prisionero de Azkaban [LRYEA: ✔︎]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora