9¬A KISS AT THE LOBBY

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↻Un beso en el vestíbulo

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━━━━━━━ALICIA Y HARRY ACOMPAÑARON HASTA EL VESTÍBULO A RON Y A HERMIONE, donde Filch, el conserje, de pie en el lado interior de la puerta, señalaba los nombres en una lista, examinando detenida y recelosamente cada rostro y asegurándose de que nadie salía sin permiso. McGonagall quedó gratamente sorprendida al enterarse de que Alicia no iría a Hogsmeade para quedarse con Harry. Teniendo una corazonada, McGonagall se recordó hablar a solas con Alicia pronto.

—¿Te quedas aquí, Potter? Oh, tu novia siente tanta lástima por ti que se queda contigo —gritó Malfoy, que estaba en la cola, junto a Crabbe y a Goyle—. ¿No os atrevéis a cruzaros con los dementores? 

Alicia y Harry no le hicieron caso, pero a la rubia le hizo gracia el hecho de que Malfoy tratara de hacerla sentir vergüenza llamándola la novia de Potter. Al fin y al cabo, lo era. Volvieron solos, agarrados de la mano, por las escaleras de mármol y los pasillos vacíos, y llegaron a la torre de Gryffindor.

—¿Contraseña? —dijo la señora gorda despertándose sobresaltada.

«Fortuna maior» —contestó Harry, no tan decepcionaos como ayer, es más, no lo estaba en absoluto, iba a pasar todo el día con Alicia.

El retrato los dejó paso y entraron en la sala común. Estaba repleta de chavales de primero y de segundo, todos hablando, y de unos cuantos alumnos mayores que obviamente habían visitado Hogsmeade tantas veces que ya no les interesaba.

—¡Harry! ¡Harry! ¡Hola, Alicia! —Era Colin Creevey—. ¿No vasi a Hogsmeade? ¿Por qué no? ¡Eh! —Colin miró a sus amigos con interés—, ¡si queréis podéis venir a sentaros con nosotros!

—No, gracias, Colin —dijo Alicia, educadamente—, quizá otro día.

—Está bien, ¡adiós, chicos!

Al ver que Harry no estaba muy cómodo en la sala común, Alicia lo convenció de salir a los terrenos, pues hacía un precioso día de sol. Salieron por el retrato de la Dama Gorda, otra vez, y Alicia tiró de Harry hasta el lago, justo donde se habían besado por primera vez hacía un mes y un poco más. Harry miró a Alicia, sintiendo que en su interior todo se soltaba y relajaba, sintiendo que su cuerpo flotaba la mar de tranquilo por entre las nubes, bajo una lluvia de estrellas.

Es que el se sentía así, Harry Potter miraba a Alicia McGonagall y lo que sus ojos veían eran tulipanes azules, nubes, estrellas fugaces y un sol otoñal. 

El día, para ser 31 de octubre, era algo caluroso y Alicia tuvo la tentación de mojarse los pies en la orilla, así que se quitó los zapatos, las medias y se subió un poco la falda para asegurarse de mojarla. Harry, embobado, la imitó. Ambos se arrepintieron, pues el agua estaba congelada. Entre risas, subieron la colina, Alicia agarrando a Harry de la mano y tirando de él para ir más rápido, pues él iba a paso de tortuga. Con sus otras manos agarraban sus zapatos y sus calcetines, o en el caso de Alicia, sus medias.

Cuando tan solo habían caminado un metro por el vestíbulo, Filch apareció— ¿¡Quién ha llenado de césped el pasillo!? —la rubia y el azabache se miraron con miedo y corrieron antes de que Filch los pillara. Se colaron por varios pasillos que no solían frecuentar y en cuento perdieron de vista a Filch, frenaron para recobrar el aliento. 

³Alicia y el Prisionero de Azkaban [LRYEA: ✔︎]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora