¡Y llegó el escándalo!
Damas y distinguidos caballeros, lo que les voy a contar ocurrió hace unos varios años atrás, ciertamente y si mi memoria no me falla, ocurrió en una hermosa noche de verano. Esto le pasó a una joven dama cuyo debut se esperaba con demasiado anhelo y digo que se esperaba porque nunca sucedió. En cambio, a eso un escándalo surgió, arruinándola por completo.
Qué trágico, ¿no?
Wimsey House, 1820
Lady Higurashi contemplaba con admiración el salón infestado de toda la crema y nata de la sociedad. Oculta según ella, en un escondite perfecto donde no podría llamar la atención ni siquiera de su madre. Claro, estaba más al pendiente de que su hermana mayor, Kikyo triunfara en su primer baile. No podía imaginarse como se sentía ella en aquellos momentos, aunque claramente sus nervios se notaban con facilidad. Probablemente ella estaría igual.
¿Así era debutar?
Bueno, a ella le faltaban dos años, ante los ojos de la sociedad todavía era una niña.
Agudizó su vista, como si eso pudiese ayudarle para lograr distinguir al hombre que le estaba presentando en esos momentos su padre a Kikyo ya que él se encontraba de espaldas a ella. Pero con un simple rubor en la mejillas de su hermana, le hicieron saber que estaba avergonzada, seguramente era atractivo, ella no tenía esas reacción.
Así que sólo pudo conformar con ver su espalda ancha y cabello castaño más tarde, abordaría a Kikyo en su habitación para preguntarle por el misterioso caballero. Eso sí, era mucho más alto que ella, incluso que su propio padre. Esbozó una amplia sonrisa al ver como éste le regalaba la más elegante y distinguida reverencia para luego extender su mano y llevarla al centro de la pista de baile donde comenzaba a sonar los primeros acordes de una nueva pieza.
Solo cuando estuvieron en el centro logró ver al caballero, a quien no reconoció.
Kikyo era la mujer con más suerte en el mondo, no solo en belleza. Era alta, de cabello negro, largo y ondulado. Poseía unos grandes y expresivos ojos tan negros como la noche. Esos rasgos los había heredado de su madre.
En cambio, ella, únicamente tenía los mismos ojos de color que su padre, chocolate.
Pero quien no la estaba pasando en para nada bien, era su hermano mayor, Miroku. Era el mayor de los tres, poseía los mismos rasgos que Kikyo y pronto heredaría el título de marqués. Su madre lo tenía tomado del brazo, podía ver que lo agarraba con fuerza, mientras le presentaba a cada una de las chicas que estaban en edad casadera.
El pobre desearía estar en otro lugar que no fuera ese, esto sin duda lo usaría para burlarse del él al día siguiente. Ante ese pensamiento se echó a reír, pero el sonido había sido muy bajo como para que la lograran escuchar.
— ¿Puedo saber cuál es la broma, señorita Higurashi?
— ¡Uy no!
Abrió los ojos rápidamente y se ocultó aún más detrás de la cortina roja al escuchar una voz masculina muy conocida para ella. Lentamente se irguió y fue moviendo la cabeza en dirección hacia él. Sus mejillas se tiñeron de rojo al ver al pupilo de su padre, Inuyasha Carter. Quien estaba cruzado de brazos y apoyado en la pared. Esperando una respuesta de su padre, mirándola fijamente.
Su corazón latió con fuerza, se secó su garganta y por último se quedó sin habla.
—Estoy esperando una respuesta, Kagome.
Era el hombre más atractivo que había visto jamás. Sabía que no era correcto tener ese tipo de pensamientos, que él tal vez la vería siempre como a una pequeña hermana y no como algo más.
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LADIES: ¡ESE DUQUE ES MÍO!
RomanceKagome tenía altas expectativas cuando llegara el tiempo de hacer su presentación en sociedad. Su corazón latía desbocado por el hijo bastardo de un duque, pero para él solo era más que una hermana. ¿Algún día logrará conquistarlo?