Capítulo 12

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Advertencia: Este capítulo contiene lemon, se recomienda leerlo en la intimidad de su habitación acompañada de un vinito, cervecita o una coca cola, sin la interrupción de terceros.

Disfrútenlo.

Capítulo 12

Justo en ese momento mientras examinaba el camisón la puerta se abrió de golpe y solo se quedó con la tele al aire contemplando los ojos dorados de su marido.

Imágenes que eran incluso perversamente de explicar atravesaron la cabeza del duque y tuvo que ejercer una sofocada respiración al ver esa fina tela entre los delicados dedos de su esposa. Vio sus mejillas teñirse de un color rosado, así que retrocedió unos cuantos pasos.

― Te daré espacio.

Primer consejo de su madre: Pedir ayuda con el vestido (y cuando digo vestido, me refiero a todo, incluido corsé). Eso suele ayudar a romper el hielo.

Inuyasha dio media vuelta con la intención de abandonar la habitación cuanto antes, pero se detuvo al escuchar su dulce voz a sus espaldas. Cerró los ojos, apretó las manos en puños y volteó a verla. Si no salía de ahí terminaría por arrancar los botones de ese vestido, pero se había jurado así mismo que no la tomaría en un lugar como ese. Se merecía algo mejor que una posada, aunque fuese lujosa y todo, no era digno para una mujer como ella.

Ella se giró un poco, para señalar la fina hilera de botones que abarcaba desde el cuello hasta terminar la espalda.

― ¿Me ayudarías con los botones del vestido?

―Le puedo decir a la mucama que venga a ayudarte – sugirió él.

Ni siquiera él vio la reacción en Kagome. Pues simplemente sonrió de satisfacción al sentir que se estaba resistiendo.

― La verdad no le tengo mucha confianza – mintió – Y no me apetecería dormir vestida ¿Me puedes ayudar o no?

― De acuerdo – fue su única respuesta antes de acercarse a ella.

― También el corsé, si no es molestia.

Un sudor frio recorrió la frente de Inuyasha, eso sin duda representaría una tortura para él, pero era bueno con el control. Unos cuantos botones de un vestido no supondrían nada. Sobre todo, menos los listones de un corsé.

Kagome no escuchó la enorme exhalación que hizo.

Inuyasha asintió y se acercó a ella. Kagome se puso de espaldas, apartó su cabello para darle libre acceso a los botones. Él arrugó la nariz cuando su dulce aroma lo invadió.

¿Cómo podía un simple gesto como quitar unos botones ser malditamente sensual?

****Fanfiction: Black Pearl B., Wattpad: Black_PearlB****

¡Era una maldita tortura!

Y más porque aquellos botones se enganchaban a la tela imposibilitando sacar, aunque sea uno.

― ¡Maldición!

― ¿Todo bien allá atrás? – preguntó ella de manera inocente, pero con un deje de malicia.

Inuyasha, quien ya estaba sudando por fin se había deshecho del primer botón y eso supondría una batalla ganada.

― Si.

― Podría jurar que es la primera vez que le quitas el vestido a una dama.

Él esbozó una sonrisa, de hecho, si, era la primera vez que desnudaba a una mujer (por así decirlo). Pero tampoco podía decirse que era un santo.

LADIES: ¡ESE DUQUE ES MÍO!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora