Leah se quedó pensativa, analizando cada una de las palabras de la duquesa.
—Supongamos que acepto ¿De qué forma intervendríamos?
Irasue esbozó una sonrisa, había llegado a donde ella deseaba.
—No haremos nada. Ellos mismos harán todo por nosotras.
Ahora la miraba más confundida y al ver que no decía nada, Irasue se levantó de su asiento solo para sentarse a lado de ella.
—Les prohibiremos verse, acercarse incluso hablar. – movió ambas cejas de arriba abajo – Lo prohibido tienta milady y en cuanto más lo hagamos, mayor será la tentación.
Ahora Leah esbozó una sonrisa al entender todo el plan.
—Solo encárguese de traerla de regreso a Londres y ellos solos harán el trabajo por nosotras.
—Y mientras tanto mantendré ocupado al marqués Wimsey.
La duquesa se levantó y tomó de nuevo otra galletita.
—Perfecto. Tenemos tres semanas para el evento de la baronesa. Ese será el primer encuentro de los chicos.
Guardaron silencio al escuchar unos pasos y de inmediato Leah se puso de pie al ver a su hijo entrar en la sala.
Miroku alzó una ceja al ver a la duquesa, pero aun así hizo una reverencia.
—Excelencia.
—Milord – ella asintió y después miró a Leah – Entonces, muchas gracias milady por el recibimiento. Que tenga buena tarde.
Miroku aguardó a que la mujer saliera para luego abordar a su madre con sus preguntas. De hecho, no esperó ni siquiera a escuchar la puerta cerrarse para hacerlo.
— ¿A que ha venido la duquesa?
Su madre se encogió de hombros y fingió demencia.
—Quiere que le enseñe tejido. – tuvo que contener una risa, si su hijo la cachaba en la mentira estaría en grandes problemas – Por cierto, debemos hablar sobre Kagome.
Ahora el que se puso incomodo fue él, no le apetecía hablar de la oveja negra de la familia. Mucho le había costado volver a levantar el nombre.
— ¿Qué con ella?
—Deseo que regrese a Londres.
—No está a discusión – él negó – Kagome seguirá en Francia, en ese instituto. Tal y como padre habría querido.
Ella frunció el cejo, después de todo tenía más derecho por ser su madre. Él podría llevar el nuevo título, pero en cuanto a la presentación y toda la faramalla corrían por cuenta suya.
—Es mi hija.
—Soy el nuevo Lord de Wimsey – tomó una de las galletas que había probado Irasue – Todo lo que concierne a esta familia es mi obligación y si digo que Kagome no viene así será.
—Es una orden y no me importa si eres el nuevo marques. El escándalo debe ser afrontado, así que tráeme a tu hermana de regreso o te juro que conmigo te ira mucho peor que con Sango.
Al ver los ojos de su madre y las amenazas no tuvo más remedio que aceptar.
—Está bien, pero con una condición.
Leah asintió con una sonrisa amplía.
— ¿Cuál?
—No la quiero cerca de Inuyasha.
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LADIES: ¡ESE DUQUE ES MÍO!
RomanceKagome tenía altas expectativas cuando llegara el tiempo de hacer su presentación en sociedad. Su corazón latía desbocado por el hijo bastardo de un duque, pero para él solo era más que una hermana. ¿Algún día logrará conquistarlo?