Capítulo 2

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Leah se quedó pensativa, analizando cada una de las palabras de la duquesa.

—Supongamos que acepto ¿De qué forma intervendríamos?

Irasue esbozó una sonrisa, había llegado a donde ella deseaba.

—No haremos nada. Ellos mismos harán todo por nosotras.

Ahora la miraba más confundida y al ver que no decía nada, Irasue se levantó de su asiento solo para sentarse a lado de ella.

—Les prohibiremos verse, acercarse incluso hablar. – movió ambas cejas de arriba abajo – Lo prohibido tienta milady y en cuanto más lo hagamos, mayor será la tentación.

Ahora Leah esbozó una sonrisa al entender todo el plan.

—Solo encárguese de traerla de regreso a Londres y ellos solos harán el trabajo por nosotras.

—Y mientras tanto mantendré ocupado al marqués Wimsey.

La duquesa se levantó y tomó de nuevo otra galletita.

—Perfecto. Tenemos tres semanas para el evento de la baronesa. Ese será el primer encuentro de los chicos.

Guardaron silencio al escuchar unos pasos y de inmediato Leah se puso de pie al ver a su hijo entrar en la sala.

Miroku alzó una ceja al ver a la duquesa, pero aun así hizo una reverencia.

—Excelencia.

—Milord – ella asintió y después miró a Leah – Entonces, muchas gracias milady por el recibimiento. Que tenga buena tarde.

Miroku aguardó a que la mujer saliera para luego abordar a su madre con sus preguntas. De hecho, no esperó ni siquiera a escuchar la puerta cerrarse para hacerlo.

— ¿A que ha venido la duquesa?

Su madre se encogió de hombros y fingió demencia.

—Quiere que le enseñe tejido. – tuvo que contener una risa, si su hijo la cachaba en la mentira estaría en grandes problemas – Por cierto, debemos hablar sobre Kagome.

Ahora el que se puso incomodo fue él, no le apetecía hablar de la oveja negra de la familia. Mucho le había costado volver a levantar el nombre.

— ¿Qué con ella?

—Deseo que regrese a Londres.

—No está a discusión – él negó – Kagome seguirá en Francia, en ese instituto. Tal y como padre habría querido.

Ella frunció el cejo, después de todo tenía más derecho por ser su madre. Él podría llevar el nuevo título, pero en cuanto a la presentación y toda la faramalla corrían por cuenta suya.

—Es mi hija.

—Soy el nuevo Lord de Wimsey – tomó una de las galletas que había probado Irasue – Todo lo que concierne a esta familia es mi obligación y si digo que Kagome no viene así será.

—Es una orden y no me importa si eres el nuevo marques. El escándalo debe ser afrontado, así que tráeme a tu hermana de regreso o te juro que conmigo te ira mucho peor que con Sango.

Al ver los ojos de su madre y las amenazas no tuvo más remedio que aceptar.

—Está bien, pero con una condición.

Leah asintió con una sonrisa amplía.

— ¿Cuál?

—No la quiero cerca de Inuyasha.

LADIES: ¡ESE DUQUE ES MÍO!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora