DUQUE VS VIZCONDE
De regreso, no podía dejar de pensar en todo lo que Kagura le había confesado. Un amor que fue truncado por terceras personas. Tal vez si su hermano hubiese tenido la suficiente inteligencia como para atacar a ese hombre de raíz y no retarlo a duelo, probablemente estaría vivo, sería duque y estaría casado con la joven dama de cuyo nombre le fue omitido. Sería incluso feliz a lado de las gemelas.
Aunque si eso hubiera pasado, su propio padre nunca lo hubiera reconocido como hijo, seguiría siendo un bastardo el cual no podría ofrecerle nada a Kagome. Su amor seguiría siendo prácticamente imposible. Pero la vida era muy curiosa y tenía sus propias mañanas de ligar el destino de una persona a otra.
Meditaba en profundo silencio y el detective ni siquiera había hecho alguna mención, cosa que agradecía. Ahora, lo que tenía que hacer era que una vez al llegar, le tendría que pedir perdón a Kagome por las cosas hirientes que le dijo, las cuales no fueron con intención, sino más bien con el propósito de apartarla.
Comenzaba a ocultarse el sol cuando cruzaron los límites de Rothen House, al alzar la vista frunció el cejo al ver una estela de humo gris proveniente justamente del orfanato. Sin decir nada, espoleó al caballo saliendo a trote.
El orfanato estaba completamente el ruinas, habían logrado combatir el fuego por lo que solo quedaban las cenizas de la terrorífica escena que se vivió. Bajó de un salto del animal, observando a los heridos. En su mayoría eran niños que estaban asustados. Buscaba con desesperación a sus sobrinas, pero no había señales de ella por ninguna parte.
Se acercó a una de las monjas que auxiliaban en ese momento a unos niños.
— ¿Dónde están las pequeñas Towa y Setsuna?
En su rostro se reflejaba angustia, tristeza. Ella negó con la cabeza, pero no porque no supiese si no por no tenía el suficiente valor para decirle lo que había pasado. Para su salvación, se acercó el párroco, tomó a Inuyasha del hombro y lo afrontó.
— ¿Qué ha pasado aquí?
—Al parecer alguien provocó el incendio – respondió él, buscando como decirle toda la verdad.
—Las pequeñas ¿Towa y Setsuna?
El asintió, señal de que se encontraban bien y con eso le bastó para sentirse tranquilo. Pero no del todo, pues conocía con exactitud a ese hombre. Cada una de sus expresiones faciales se las sabía de memoria. Cuando estaba molesto, cuando estaba preocupado por alguna razón o cuando estaba triste.
Triste, era un sentimiento reflejado en estos momentos. Quería suponer por el atentado que recibieron en su contra.
—Daré con el o los responsables de todo esto. Se lo prometo.
—Inuyasha – dudó un poco, mirando a su alrededor.
El ambiente se hizo mucho más tenso de lo que ya era. Se podían escuchar las respiraciones de todos. Los campesinos lo miraban con compasión, como si trataran de darle aliento en momentos de angustia.
Eso desde luego no le gustó. Un escalofrío le recorrió el alma, sintió un aire frío y ligeras gotas lluvia comenzaron a caer. Las palabras de Kagura acudieron a él.
"Casualmente las tragedias ocurren cuando hay lluvia"
Esto no le gustaba en absoluto.
—Hijo – el párroco lo tomó del hombro – Necesitamos hablar en privado.
Pero él no se dejó guiar, si algo más había pasado, sería mejor que lo dijera. Total, lo único que se perdió eran cosas materiales y se podía remplazar con facilidad.
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LADIES: ¡ESE DUQUE ES MÍO!
RomansaKagome tenía altas expectativas cuando llegara el tiempo de hacer su presentación en sociedad. Su corazón latía desbocado por el hijo bastardo de un duque, pero para él solo era más que una hermana. ¿Algún día logrará conquistarlo?