Capitulo tres: Mi maldito secreto.

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Pasó una semana días desde la cita del cine y desde que Mike le pidió a Natalia que fueran novios y decidieron planear una pequeña cita por el parque, algo no tan increíble pero que pudiera divertirlos. En parte para que la abuela no sospechara nada y también para pasar juntos un rato.

Natalia se estaba arreglando para la cita, peinando su cabello, empacando la comida para un lindo día de campo en el parque.

Estaba resplandeciente y linda. Su cabello castaño con mechas pelirrojas estaba hermoso y traía puestas unas hermosas sandalias, unos shorts un tanto cortos, una camiseta morada que se veía preciosa y unas Converse negras.

Llegaron los dos al parque cerca de las 3:00PM. Se encontraron en la fuente de los deseos que se encontraba en el centro del parque y se saludaron con un caluroso abrazo y un beso.

-Te vez preciosa Natalia -exclamó Mike.

-Gracias, tú también -le respondió Natalia contemplando la ropa que traía puesta Mike. Una camiseta blanca cubierta por una camisa roja de cuadros, unos jeans y unas Converse negras como las que ella traía puestas.

-Oye -le reclamó Mike-, mírate. Ahora hasta me robas el estilo.

-¿Qué? Por favor yo llevo mucho tiempo usando Converse, tú eres el que me roba el estilo a mi.

-Si, si. Lo que digas... Ladrona.

Natalia le dio un pisotón a Mike haciendo que gritara de dolor.

-¿Qué fue lo que dijiste? -le preguntó Natalia con una mirada desafiante en los ojos.

-N... Nada cariño -respondió Mike sobándose el pie por el golpe.

-Okey. Entonces camina -agregó Natalia tomándolo de la mano y llevándolo hacia el área mas sola y tranquila del parque.

Muchos arboles, mucha paz y nada de ruidos molestos o personas que interrumpieran.

Natalia sacó la comida de la cesta que uso para guardarla y Mike tendió una gran manta en el césped donde colocó los platos y sirvió la comida. Un rico puré de papa, arroz, pollo rostizado y un pequeño pastel de chocolate para dos.

-Espero que tengas mucha hambre Mike -le dijo Natalia.

Mike soltó una ligera risa.

-No desayune esta mañana. Tengo mucha hambre Natalia.

-Pues me alegro de haber traído mucha comida por que yo también estoy hambrienta.

Disfrutaron de la comida por media hora y terminaron con el delicioso pastel de chocolate. Con los estómagos llenos y tendidos en el césped decidieron contar chistes y divertirse contando historias locas y descabelladas.

Alegría era la vibra que se percibía con cada risa o sonrisa que salían de sus boca. La vida en ese momento era perfecta, el tiempo parecía detenerse solo para ellos y los segundos parecían minutos, pero sin que se dieran cuenta el tiempo se fue volando. Solo faltaba una hora para las seis que era su hora límite.

-Mike... -exclamó Natalia-. Sabes... Tú eres la primera relación seria que he tenido nunca... Yo, no soy tan perfecta como tú crees que soy.

-¿Qué? ¿Por qué lo dices? -preguntó Mike intrigado y un poco preocupado por las siguientes palabras que diría ella.

-Mike... Yo te amo. Te amo bastante pero no puedo ocultarte mi secreto. No lo veo justo, y creo que necesitas saberlo si vamos a estar juntos como novios...

-Natalia, no me dejes en suspenso, dime que es.

-Mi secreto son mis demonios.

-¿Tus demonios...? No comprendo.

Tu amor es mi vida (Cancelada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora