Capítulo 16

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Edición Capítulo 26/08/2023

Maratón (4/5)

Era sábado por la mañana, le había llegado un mensaje de una compañera de curso que decía que debía ir al instituto para hacer una tarea. Tn agarró su teléfono, y buscó sus botas entre sus zapatillas. Tomó un abrigo negro, y su gorro de lana preferido. Le avisó a su padre que saldría, no le diría que iría a la escuela, por las dudas. Salió de la casa, y hacía mucho frío, demasiado. Volvió a entrar, y tomó las llaves del auto de su padre. Entró en el mismo, y prendió la calefacción. Iba a llamar a Jennie, pero se quedó sin crédito, así que esperaría hasta encontrarla allí y arreglar para salir a algún lado para que no sea un sábado muy domingo.

Estacionó en el estacionamiento, y solo vio un auto, pero, no lo reconoció. Apagó el motor, se desabrochó el abrigo, y salió con su mochila colgando de su hombro. Abrió la puerta principal, y no se escuchó ningún sonido cerca. Agarró su teléfono para preguntarle a Jennie dónde estaban, pero, en ese momento, recibió un mensaje de la misma compañera. Emprendió su viaje hacia los vestidores de Educación Física. Escuchó unas risas en los baños del mismo, y al ver salir a Rosé con sus amigas detrás, entendió que había caído en la broma que le tenían planeada. Ahora debía enfrentar lo peor. Rosé cruzó sus brazos por sobre su pecho, y recargó todo el peso en una pierna. —Nunca creí que fueras tan fácil de engañar. —Dijo mientras caminó hacia ella, y tiró su bolso hacia un lado. —Dame tu celular, quiero saber si le avisaste a Jennie.   —Extendió su mano. Tn tembló para dárselo. Tiró el teléfono encima del bolso de Tn con una sonrisa de superioridad. Sus dos amigas caminaron y se colocaron detrás de la castaña. Rosé se acercó a Tn, y le vio a los ojos con furia. Ella había pensado en salir huyendo de ahí, pero, sería inútil. Provocaría más enojo en las tres, y eso no era bueno.

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Tn tosía tirada en medio del piso, no podía moverse. Se arrastraba por el piso, pero, no conseguía nada. Solo provocaba más tos, no respiraba bien, y tenía la pierna sangrando, Rosé había traído la navaja que no usó la anterior vez, y le había hecho un tajo. Salía sangre de su nariz, y de su labio superior. Se agarró de la pared para apoyar la espalda contra los azulejos; nunca nada le había costado tanto que aquello. No sentía sus piernas, ni sus brazos, prácticamente, parecía que su cuerpo no estaba ahí. Las lágrimas empezaron a salir de sus ojos, estaba con su ropa interior, y una blusa cubriéndola. Tenía moretones en la cara, y en el cuello. No entendía, no podía entender como existía gente que la lastimara de tal manera. Estuvo a punto de morir, y ella solo siguieron, siguieron, y siguieron. Tal vez estaba muerta, y no lo sabía. Escuchó pasos a lo lejos, y rezó que no entraran a este lugar. No quería tener que dar explicaciones, y que luego Rosé se enterara y fuera por ella. Tn nunca le hizo daño a nadie. Siempre intentó ser buena con cualquier persona que se le acercaba a hablarle, pero ella nunca recibió nada a cambio. No sabía que su vida era tan fea, era tan horrible. Podría llamar a Jennie, pero, no tenía crédito. Debía arreglarse sola. Estiró su brazo, y con una mano sobre la barra donde suelen estar las toallas, se paró. Al estar completamente erguida, se tambaleó, y volvió a caer de rodillas. Ahogó un grito, y la barra se cayó sobre ella, golpeándola. Las lágrimas seguían saliendo por sus ojos. La puerta empezó a abrirse, y una cabeza apareció por detrás sosteniendo la misma. Era Jimin, la miró a Tn con pena, y sintió odio por aquellas personas que le hicieron eso. Sabía que era Rosé parte de esto, ella lo llamó a él para que la llevara a la escuela, y luego la fuera a buscar. No le dijo por qué, pero Jimin luego, quiso averiguar, y se enteró en ese mismo momento. Tn solo giró su cabeza hacia otro lado, para no sentir su mirada sobre ella. Jimin caminó hacia Tn y buscó su ropa entre los espacios del vestidor. 

—Dame tus manos. —Pidió Jimin estirando las suyas. Tn hizo lo que le pidió, y Jimin la tomó de la cintura, y la ayudó a caminar hacia el asiento de enfrente. —Te ayudaré a vestirte, ¿vale? —Tn solo asintió con la cabeza. No podía hablar. 

—Tn, no llores, por favor. Estiró una pierna, y luego la otra. Ella misma abrochó el botón de su pantalón, cuando terminó de ayudarla, se sentó a su lado. Tn había dejado de llorar, pero, estaba perdida. Tenía la mente en otro lado, pensó en que por qué no se fue. Por qué el mundo la mantenía viva, si no merecía eso. No merecía todo el dolor que le provocaban. Jimin la abrazó contra su hombro, y ella empezó a llorar inconscientemente. Nunca pensó que iba a hacerlo enfrente de él, pero no podía resistirse, estaba sola. Siempre lo estaría. Era su plan para esta vida, Quería morir. Necesitaba morir ahora.  —Dije que esperaba que fuera la última vez que te salvaba. —Separó la cara de ella de su hombro, y con su dedo pulgar, limpió las lágrimas. 

—Sé que no confías en mí, ni que soy tu ser humano favorito en todo el planeta, pero, al ser el novio de Rosé, sé todo, y siempre voy a salvarte cuando pase algo, ¿vale? 

Tn volvió a asentir. Por un momento, agradeció internamente que él hubiera estado ahí, pero por otro no. Capaz ese era su momento, para dejar de respirar. Para dejar de moverse. Para dejar de vivir. Miles de preguntas aparecieron en su cabeza para preguntarle a aquel chico de ojos marrones, que le había ayudado en dos ocasiones importantes. —Te llevaré a tu casa, ¿está bien? No podía ir a su casa. Su padre estaba ahí, si la veía de esa manera, no podría mentirle sobre que chocó con alguien, y se lastimó de tal modo. 

—No, está mi padre. Jimin se rascó la nuca. —Mi mamá salió a comprar unas cosas lejos de la ciudad, te llevaré a mi casa, y llamamos a Jennie, ¿ok?

{...}

Al llegar a su casa, fueron al cuarto de Jimin, Tn se recostó sobre la cama. Jimin buscó en el baño: alcohol, gazas, algodón, agua oxigenada. Nunca le pasó la situación de tener que curar a alguien, y no sabía qué hacer, pero, Tn le dijo que no se preocupara. Ella lo haría tranquilamente sola. Y fue cuando Jimin entendió que no era la primera vez que pasaba por la misma situación. Llamó a Jennie, y ella dijo que iría lo más rápido posible. —Jimin, ¿por qué no me dejaste morir en los camerinos? —Preguntó, limpiándose una herida abierta con alcohol. No le dolía, tampoco sentía si ardía o no. Tuvo que soportar más dolor que el alcohol sobre su herida. —Tn, no mereces nada de lo que te está pasando, ¿sabías eso? —¿Desde cuándo piensas eso? ¿Desde qué me viste toda cortada? —Abrió los ojos, y la miró. Era un estúpido. —No, desde que Rosé casi te mata detrás de las gradas. —Respondió apoyándose contra el escritorio.

Jungkook ayudó a Tn a llegar al auto. Se sentaron en el asiento trasero, y ella recostó su cabeza en su hombro, y él la abrazó por la cintura, acariciándola lentamente. Jennie estaba dentro de la casa de Jimin, preguntándole quién mierda había sido. Aunque ya sabía perfectamente, pero quería aclarar sus pensamientos. —¿Estuviste presente cuando la lastimó? Jimin negó con su cabeza frunciendo el ceño. —Rosé me llevó para que la llevase a la escuela, y lo hice, luego la fui a buscar. Me pareció raro que ella fuese un sábado, y entonces, volví a la escuela, y al entrar en los camerinos escuché un ruido, y la vi. —Llevó las manos a los bolsillos de su pantalón, y mordió su labio. —Te preocupas por ella, ¿no? —Jennie sonrió, y subió una de sus delicadas cejas. —¡¿Qué?! ¿Cómo crees? Jennie dio media vuelta, y estaba a punto de salir de su casa cuando él la detuvo. —No le digas. —No es necesario, eres muy obvio, Jimin. —Frunció los labios. —Por cierto, gracias.

Mientras tanto, Jungkook acariciaba el brazo de Tn. Ella estaba quedándose dormida, cuando sintió los labios de él sobre su cabeza. Levantó la vista cuando lo sintió, Jungkook sonrió de lado, y Tn quiso besarlo. Necesitaba un beso de él para aliviar el dolor, quería por primera vez, probar sus labios. Observó los mismos, luego sus ojos, y así dos veces más hasta que el se atrevió a enlazar sus bocas. Jennie salió de la casa de Jimin, y vio tal escena. Jimin estaba detrás de ella, y también pudo ver lo que pasaba dentro del auto.  Él estaba tenso, al igual que su mandíbula. La pelinegra giró su cabeza, y miró como observaba el auto. —¿Quieres que tampoco le diga que estás enamorado de ella? Jimin no respondió. Jennie corrió hacia el mismo, y el se quedó perplejo mirando al carro. 

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BROKEN | PARK JIMIN Y TÚ [EN EDICIÓN]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora