Todo empezó con avisos escuchados en las radios, televisores, personas, etc.
El maldito fin del mundo comenzó, rumores de caníbales, gente agresiva y disturbios por todo el mundo orilla a los Harvey a huir de Atlanta, Harper termina siendo rescatada...
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Todos serviamos nuestra comida, me senté al lado de Tommy, Abraham empezó a recitar una palabras como si de un brindis se tratase.
-Cuando miró alrededor veo sobrevientes, cada uno de ustedes, se ganó el título, por los sobrevivientes-dijo lo último alzando su copa en el aire.
<<Suena casi igual a algo que diría mi padre...>>
-¡Sobrevientes!-dijeron todos imitando su acción.
-¡Salud!-dijimos todos para después beber del vino o en mi caso agua.
Todos empezábamos a comer cuando Abraham volvió a hablar atrayendo las miradas de todos hacia él.
-¿Así quieren vivir? Levantarse a la mañana, luchar contra los muertos, buscar comida, dormir con los dos ojos abiertos y al otro día lo mismo. Pueden vivir así, ustedes son fuertes, son listos...
Dejé de prestar atención un momento mientras veía mi plato de comida el cuál tenía verduras enlatadas, con mi dedo removí los guisantes, no quería comer vegetales, tenía tantas ganas de comer una hamburguesa con papas como las que solía comprar papá cada viernes. Recuerdo que justo a las seis cada viernes sin falta, mi padre cruzaba la entrada con un bolsa grande de papel pintado con líneas rojas y con el logo impreso de el restaurante de hamburguesas, Tommy y yo corríamos a abrazarlo y después todos cenabamos en el comedor mientras contábamos sobre nuestro día... Que no daría yo por volver a comer una hamburguesa al lado de mis padres, daría todo por retroceder el tiempo y disfrutar de un último viernes de hamburguesas... Suspiré levemente y dejé el plato de lado, mi atención volvió a redirigirse cuando Abraham mencionó a Judith.
-salven al mundo por esa niña, por ustedes mismos y por toda esa gente que no puede hacer nada más que sobrevivir...
Todos nos quedamos en silencio unos segundos hasta que la lleve risa de Rick nos llamó la atención, Judith balbuceó.
-¿Qué cosa?-todos reímos ante su acto-creo que sabe lo que voy a decir-Judith volvió a balbucear-dijo que irá, si ella va, yo voy, iremos.
Todos reímos y festejamos levemente, aprovechando la distracción de todos me levanté de mi lugar y caminé hacia la puerta, salí por está, escuché un ruido pero lo ignoré al no ver nada, me senté en las escaleras que ayudaban a entra a la iglesia. Miré el collar que colgaba de mi cuello y sonreí levemente, retiré este y desate el cordón viejo de zapatos que impedía que los anillos cayeran. Tomé ambos anillos y los coloqué en la palma de mi mano, una sonrisa nostálgica se formó en mi rostro no obstante un sollozo escapó de mi boca al igual que un par de lágrimas, la sonrisa se borró dando lugar a una mueca triste, tallé mis ojos tratando de limpiar mis lágrimas.