Habían pasado ya dos semanas desde que Angie había llegado a la ciudad, la próxima semana comenzaban la universidad, por lo que se estaban dedicando a descansar y aprovechar los últimos días de paz.
Martina había salido con Lourdes a cenar y Angie había decidido quedarse en su departamento, rechazando la idea de Micaela de ir a lo de Selena. La relación con Micaela había progresado bastante y podía decir que la chica le caía muy bien y se divertía con ella. Por más que la chica leña atraía físicamente, no podía quitar a Brisa de su mente, aun así estaba segura de que Micaela estaba interesada en ella.
Angie buscaba que película ver en Netflix, cuando su teléfono vibró con una notificación de Instagram, de inmediato lo tomó e ingresó a la mensajería. Hablando de Roma... era Brisa.
Brisa- Hola, An. ¿Qué haces, saliste?
Angie leyó el mensaje varias veces pensando en que responder, la chica nunca le había escrito y además no habían pasado de charlas simples y distantes cuando habían coincidido con sus amigas. La peliazul se había propuesto no volver a caer ante ella, dado que le molestaba mucho ser su segunda opción.
Angie- Hola, no salí hoy. ¿Vos? Estoy buscando una peli para ver, todo muy tranqui.
La respuesta llegó antes de lo esperado.
Brisa- Yo tampoco, Luli se fue con tu amiga, así que estoy en la misma que vos.
Angie- Que raro vos un viernes sin salir...
Brisa- La verdad que si, me hubieras avisado que no hacías nada y te hacía compañía.
Angie sonrió levemente, sería una excelente idea si Brisa no estuviera dando vueltas con Nicolas.
Angie- Para la próxima, Bri.
Brisa- Si pido un taxi, estoy ahí en 10 minutos...
Antes de que Angie pudiera responder, recibió otro mensaje que la dejó aún más sorprendida que el anterior.
Brisa- Podemos solo pasar el rato, hablar y nada más... ¿Si?
Angie no estaba para nada segura de que Brisa fuera a mantener aquello, pero... ¿Por qué no intentarlo?
Angie- Te espero.
Ya no recibió respuesta, por lo que pensó que quizás Brisa había encontrado algo mejor que hacer, solo 15 minutos después, el timbre de su departamento sonó y Angie saltó por la sorpresa. Se regañó internamente por ni siquiera haberse cambiado, seguía en pijama cuando abrió la puerta y se encontró con la sonrisa de Brisa y una bolsa bastante grande de Doritos.
B-Hola, Angie.
La chica se acercó y dejó un beso en su mejilla. Angie cerró la puerta y volvió a mirar a la chica que ahora se quitaba las zapatillas y se sentaba en el sofá.
A-Pensé que no venías.
Murmuró Angie mientras se acercaba y se sentaba al lado de la chica.
B-Perdón que no te avise, es que pedí el taxi antes de que pudieras arrepentirte.
Brisa le sonrió ampliamente y Angie no pudo evitar hacerlo también.
B-Te traje esto, es lo único que había en casa.
Brisa le acercó la bolsa de Doritos y Angie enseguida la abrió y sacó algunos.
A-¿Por qué no fuiste a lo de Sele? Pensé que ibas a estar allá.