Angie la miró por unos segundos sin decir nada. Su mente iba a mil, se moría por besar nuevamente a la chica... a la mierda su orgullo, a la mierda Nicolás.
Se acercó rápidamente a Brisa y sin dudarlo volvió a unir sus labios. La chica se sorprendió, pero de inmediato continuó el beso, tomando el rostro de Angie con una de sus manos. Estaban en una posición no muy cómoda en el sofá, pero Brisa solucionó rápidamente la situación, cuando decidió sentarte sobre Angie, dejando sus piernas una a cada lado del cuerpo de la chica. Volvió a tomar las mejillas de Angie y profundizó el beso mientras se centraba en disfrutar y hacer sentir bien a la peliazul. Sabía que la chica podía quitarla en cualquier momento, pero deseaba profundamente que no pasara. Angie tenía ahora sus manos en la cadera de Brisa y recorría su piel expuesta con una de sus manos. Su otra mano había bajado a los glúteos de Brisa y presionaba allí para que sus cuerpos estén juntos, había dejado de pensar en cuanto sintió a Brisa en sus labios.
El beso continuó hasta que Angie lo concluyó por falta de aire, Brisa no estaba dispuesta a que todo se acabara, por lo que en cuanto Angie terminó el beso, ella bajó sus labios al cuello de la chica y comenzó a dejar pequeños besos sobre su piel. Angie cerró sus ojos y estiró su cuello para darle lugar a Brisa mientras disfrutaba de los labios de la chica. Luego de algunos minutos, Angie se sintió confiada y llevó sus dos manos al top de Brisa para comenzar a subirlo, al notarlo la castaña la ayudo y rápidamente quedó en ropa interior. Angie observó el cuerpo de la chica y no pudo evitar morder su labio inferior, realmente le encantaba. Llevo sus labios a uno de los hombros de Brisa y comenzó a besar a la chica allí mientras poco a poco bajaba hacia sus pechos aún cubiertos. Brisa mantenía una mano en el cabello de la peliazul y había llevado la otra bajo la remera de Angie para deslizar suavemente sus dedos por su abdomen y subir hasta sus pechos, aprovechando que Angie no traía brasier.
Las manos de Angie ahora desabrochaban el brasier de Brisa, rápidamente se deshizo de la prenda y bajo sus manos nuevamente a los glúteos. Llevó sus labios a uno de los pechos de la castaña y tras rodearlo con su lengua comenzó a besarlo por unos segundos, luego se dirigió hacia el otro para darle la misma atención. Brisa ahora jadeaba y gemia en voz baja, dejándose llevar totalmente por las sensaciones que Angie le generaba.
B- Dios, Angie... si.
Angie sonrió ante las palabras de Brisa y dejó pequeñas mordidas por su pecho. Segundos después la castaña tomó su rostro con ambas manos y lo elevó para unir sus labios nuevamente. El beso se intensificó de inmediato, Brisa apretó los pechos de Angie con ambas manos y luego bajó una para tratar de entrar en el short de Angie. Cómo no pudo hacerlo en aquella posición, empujó a la peliazul por sus hombros, dejándola recostada sobre el sofá.
A- Brisa...
Murmuró Angie y Brisa la silenció con un beso. Se deshizo de la remera de Angie y rápidamente se deslizó hacia abajo para comenzar a quitar también el short del pijama, cuando pudo hacerlo miró los ojos de Angie antes de preguntar.
B- ¿Puedo?
Angie asintió en respuesta y acto seguido Brisa se deshizo de la última prenda que la peliazul tenía. Mientras Angie se apoyaba en sus codos para observar a Brisa, se sentía un poco expuesta. No era lo usual que se entregara a una chica con la intención de que hiciera lo que quisiera con ella, estaba acostumbrada a dirigir todo y aunque no podía negar que lo estaba disfrutando, también estaba ansiosa por tocar a la chica.
Sus pensamientos se apagaron por unos segundos cuando sintió el calor de la boca de Brisa contra sus pliegues, en cambio pudo escuchar sus propios jadeos que no estaba dispuesta a callar.
Solo le bastaron a Brisa algunos minutos con la boca en el centro de Angie y llevar una mano a los pechos de la chica, para que la peliazul alcanzara su orgasmo y quedará hecha un lío de gemidos por unos segundos. Cuando Brisa se incorporó y se sentó sobre las piernas de Angie, con una sonrisa de satisfacción en su rostro, Angie no perdió tiempo y también se incorporó para tomarla desde su cuello y unir nuevamente sus labios.
Aunque pudo probarse en los labios de la castaña, no le importó. Con ambas manos rodeó la cadera de la chica para acercarla aún más. Su cuerpo seguía más sensible que lo habitual por lo que el contacto la hizo estremecerse.
Angie ayudó a Brisa a deshacerse de su pantalón junto a su ropa interior y en cuanto volvió a la misma posición anterior, Angie no perdió tiempo y llevó una de sus manos para sentir la humedad de Brisa. La castaña gimió en la boca de Angie y la peliazul llevó ahora sus labios al cuello de Brisa para comenzar a besar su piel desde su mentón a su clavícula y nuevamente a su cuello.
Brisa se aferraba a la espalda de Angie mientras estiraba su cuello hacia atrás, dándole espacio a la chica. Angie aprovechó esta oportunidad y comenzó a deslizar sus dedos por los pliegues de Brisa, deteniéndose por algunos segundos sobre su centro y posteriormente siguió estimulando la zona. Cuando sintió los movimientos de las caderas de Brisa buscar su contacto, la peliazul no dudo en dejar que primero uno de sus dedos y segundos después dos, se deslizaran dentro de Brisa. De inmediato escuchó a Brisa gemir y rápidamente la chica busco sus labios para callar sus sonidos. Angie beso los labios de la chica intensamente y siguió moviendo sus dedos dentro y fuera de la chica mientras que con su pulgar seguía presionando su centro. La otra mano sostenía a la chica por la cintura.
Cuando Brisa separó sus labios y comenzó a jadear el nombre de Angie, la chica se separó con cuidado y recostó a Brisa sobre el sofá, tal como había estado ella anteriormente.
Brisa la miró sin entender e intentó levantarse para seguir en lo que estaban, pero Angie negó con la cabeza mientras le sonreía.
B- Angie, yo ya casi...
Habló Brisa pero apretó sus labios cuando sintió ahora la lengua de la peliazul contra ella. Fueron dos, tres o cuatro minutos hasta que Brisa ya no pudo postergarlo más y también llegó a su orgasmo, totalmente exhausta.
Angie se inclinó sobre la chica y dejó un suave beso sobre sus labios, Brisa le sonrió y extendió su mano para levantarse y también sentarse.