Había pasado casi una semana desde que Angie había llegado a Rosario y ya era hora de regresar, había aprovechado el finde largo y se había tomado algunos días más. Era claro que había aprovechado cada minuto con su familia y amigos, si bien había hablado todos los días con Martina y Micaela, extrañaba la ciudad y a Brisa, podía admitirlo.
Sabía por Martina que Brisa se había dedicado exclusivamente a estudiar y prepararse, en dos días tendría que dar la prueba y este era uno de los motivos por los que ahora mismo, Angie estaba de camino a la ciudad.
Luego de hablar mucho con su hermana, había llegado a la conclusión de que necesitaba hablar con Brisa en cuanto tuviera la oportunidad. No había dudas de que la quería y gracias a su hermana, se sentía con el valor suficiente para enfrentar la situación y hacerle saber a la chica, que esperaba que tomara una decisión. Tampoco iba a pasar sus días esperando, pero quizás diciéndole claramente a Brisa lo que quería, podrían solucionarlo. De lo contrario sería todo.
Luego de tres horas, Angie llegó directamente a su departamento, donde Martina la recibió con un fuerte abrazo.
A- Ni que me hubiera ido un mes, amiga.
Bromeó Angie y Martina se rió con ella.
M- Una vez que trato de ser buena amiga y te me reís así, olvídate del contacto físico conmigo.
Se quejó ahora Martina y Angie puso los ojos en blanco.
A- ¿Que novedades hay?
M- Ninguna, creo. Hemos estudiado como nunca.
A- ¿Y como van con eso?
M- Creo que bien, Brisa sabe todo el temario, creo que está salvada.
A- Ojalá que si. Me imagino que va a aprovechar estos últimos días.
Martina no pudo evitar reírse y nego con la cabeza.
M- Amiga, hoy salimos. Nos merecemos un descanso.
Angie llevo una mano para tapar su rostro.
A- Lo sospechaba.
M- Llegaste justo para dormir una siesta y luego prepararte. Así no te quejas de que el viaje te cansa.
A- Dios, todo organizado tenés.
M- Obvio, vamos un rato, así nos distraemos.
M- Invita a Mica si queres.
A- Bueno... ¿a dónde y quiénes van?
M- Solo nosotras, y bueno Micaela.
A- Dale, ahora le escribo. Me voy a dar una ducha.
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Eran pasadas las 23 horas cuando Angie y Martina llegaban al boliche en el cual ya las esperaban Lourdes, Micaela y Brisa.
L- Angie, parece que hace años no te veo.
Saludó Lourdes mientras se acercaba a abrazar a la chica, Angie le correspondió de inmediato.
Ms- Que bueno que volviste, se te extrañaba.
Agregó Micaela cuando Lourdes se apartó a saludar a Martina.
A- Mica, fueron unos días, igual también te extrañaba.
Sonrió Angie y cuando llevó su mirada a Brisa, la chica la miraba con el ceño fruncido. Sin dudarlo se acercó a saludarla también.
A- Hola, Bri. ¿Cómo estás?
Murmuró Angie luego de besar la mejilla de la chica, que seguía un tanto seria.
B- Bien, ahora. Al igual que Micaela, también te extrañaba.
Angie sonrió levemente, y de inmediato notó celos en las palabras de la chica.
A- Yo también, Bri.
Fue lo último que pudo decir cerca del oído de la chica, ya que Martina llegaba con tragos y detrás Lourdes traía el resto.
Bailaron casi toda la noche, y si bien Brisa y Micaela no se llevaban muy bien, no pareció notarse. Solo Angie podía notar los celos de Brisa, cuando Micaela se le acercaba un poco más de lo esperado.
Angie disfrutaba de aquella situación y aunque no quería lastimar a Micaela, en situaciones se acercaba un poco más a ella, solo para ver la reacción de Brisa.
La primera en querer irse fue Brisa, y era la única que realmente tenía razones válidas. A la mañana siguiente quería continuar estudiando. Es por eso que todas estuvieron de acuerdo.
B- De verdad, Lu. Se pueden quedar, me tomo un taxi. Además es súper temprano.
Insistió Brisa y Lourdes seguía negando con la cabeza.
B- Dale, además Marti fue a buscarte un trago.
Angie miraba el intercambio sin emitir palabras y se le ocurrió que quizás era una oportunidad para hablar de una vez por todas con Brisa, quería seguir el consejo de su hermana y cuánto antes.
A- Luli, yo me voy con ella. Pueden quedarse tranquilas.
Brisa la miró sin entender y Angie le dedicó una leve sonrisa. En ese momento llegó Martina con dos vasos repletos.
M- ¿Qué pasa?
A- Nos vamos, pero ustedes pueden quedarse.
L- ¿Están seguras? No tengo problema en ir también.
A- No es necesario, Lu.
B- Si, quédense.
Por fin hablo Brisa, al salir de la sorpresa.
Ms- Me voy con ustedes. ¿Compartimos taxi?
A- Si, obvio, Mica.
L- Bueno... esta bien.
Terminó aceptando Lourdes y minutos después las tres chicas ya iban en el taxi, su primer destino sería la casa de Mica.
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Hola! Volví por aquí, quiero confirmarles que voy a terminar la historia. Espero les guste el nuevo capítulo ♥️🌱