Capítulo 22

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Días después...
Me desperté con un tremendo dolor de cabeza, mire para el costado y vi a Tiago durmiendo como un angelito.
Sonreí empeze a acariciarle el pelo, el sonrió todavía con los ojos cerrados y después se giró para mi lado.
Tiago:buenos días.
Mia:buenos días.
Tiago:¿ahora sos madrugadora?
Mia:son las once de la mañana nene y acordate que hoy se va Mateo tenemos que ir a saludarlo.
Tiago:es verdad.
Después de luchar un rato con el al final logré que se levantara.
Agarré una toalla y vi que el hacía lo mismo así que me apuré para llegar antes al baño porque si me ganaba pasaba horas adentro de la ducha y al final no me iba a dar tiempo a bañarme. Pero como el ya sabía mi intención también corrió y llegamos a la misma vez. Empezamos a forcejear para bien quien se bañaba primero, de seguro que los chicos nos estaban odiando en esos momentos porque literal nos pusimos a gritar como locos y estábamos en la casa de Tiago y los otros. Al final yo le gané la puerta e iba a entrar pero el me agarró de el brazo.
Tiago:no seas egoísta, hay que compartir.
Mia:te gané, ne baño yo primero.
Tiago:tengo una idea mejor para que quedemos los dos contentos.
Ni tuve tiempo a decir nada porque me empujó para adentro de el baño y se metió el también.
Mia:¿que haces?
Le pregunté entre risas.
Tiago:nos bañamos juntos y listo.
El empezó a desnudarse así que empezé a hacer lo mismo. Aunque a mi me costaba mas que a el, la unica vez que habíamos tenido intimidad estábamos borrachos y estaba todo obscuro, pero yo siempre había sido bastante insegura con mi cuerpo, gran parte de la razón era por cosas que había pasado con mi otro novio.
Al ver que yo no me sacaba la ropa levantó una ceja y me miró extrañado
Tiago:¿que te pasa?
No dije nada pero con mi mirada el entendió todo.
Tiago:Mia, no me jodas, mira lo que sos, sos un bombón, no se lo que te halla dicho ese boludo pero vos sos hermosa y eso es algo que no tenés que poner en duda.
No se que hacía pero sus palabras tenían el poder de transmitirme una tremenda seguridad y tranquilidad.
Le sonreí y el agarró la punta de la remera y me la sacó, después me desprendió el brasier y lo dejó caer al piso. Después de que estuviéramos los dos completamente desnudos nos metimos a la ducha y nos empezamos a bañar, el me pasaba la esponja por la espalda y después yo a el, estuvimos tanto tiempo en el baño hablando y riendonos de todo mientras nos bañabamos que se nos pasó la hora y no nos dimos cuenta. Cuando quisimos acordar ya íbamos en el auto a 120 porque no llegabamos.
Lo bueno de viajar en el auto con Tiago es que siempre elegía yo las canciones, lo bueno es que a el le gustaban las mismas que a mi así que siempre estaba de acuerdo con las que yo ponía

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