Mia es una chica de 18 años, es hermana de Trueno, conoce a Tiago en una batalla, en la que compiten Tiago vs Trueno y desde el primer momento en que lo ve siente algo raro por el, que de a poco va a ir descubriendo de que se trata.
No sabía que hacer. No sabía si abrirlo o ignorarlo. Nunca pensé que me fuera a volver a escribir en la vida. Al final terminé abriendo el mensaje. Cristopher:hola, tenemos que hablar. Contéstame porfa. Me quedé leyendo el mensaje una y otra vez. Era como volver a ese lugar de dónde te costó tanto salir. Otra vez volví a sentir esa presión en el pecho, esa angustia y esas ganas de llorar. En ese momento escuché la puerta que se abrió así que salí lo más rápido que pude de WhatsApp. Tiago entró y no sé dio cuenta de nada Tiago:¿vamos a acostarnos amor? Mia:si, dale Traté de que mí voz sonara lo más calmada posible aunque igual yo sentí que me salió media cortada. Tiago:mañana me tengo que ir, tengo que firmar unas cosas y tengo que ir a grabar en el estudio. Mia:bueno dale. Nos acostamos juntos y el me abrazó. Yo me dí vuelta y traté de no sacar conversación. El estaba cansado porque enseguida se durmió. Sin embargo yo no podía dormir, no podía parar de pensar en el mensaje. No quería agarrar el celular y ver el mensaje. Solo me quedé quieta y no dije ni hice más nada. Al final me terminé durmiendo como a las cuatro de la mañana. Cuando me desperté eran las once y Tiago ya no estaba. Me levanté y fui hasta la mesita a buscar el celular. Tenía más de diez mensajes nuevos de Cristopher y como veinte llamadas perdidas. Suspiré y abrí el chat. Mia:¿Que querés? Cristopher: necesito que hablemos. Mia:no tenemos nada que hablar vos y yo. Cristopher:dale Mia porfavor, porlomenos escúchame. Decime donde estas que te voy a buscar. Me entré que no andas por acá. Mia:estoy en Buenos Aires. Cristopher:voy para ahí. Mia:son como dos horas de viaje. Cristopher:bueno llego en dos horas. Decime donde te voy a buscar. Mia:te voy a pasar la dirección de un shopping y vas ahí. Cristopher:bueno dale Por un momento pensé en decirle a Luana pero ya sabía que se iba a poner como loca y no la quería poner nerviosa. Me bañe y me cambié de ropa:
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Cuando Cristopher me avisó que ya había llegado salí. Estaba nerviosa, me temblaban las manos mientras iba caminando. Una cosa que me había dado cuenta es que estar con Tiago me hacía bien. Yo sufría de ansiedad y normalmente me daban como tiks de mover las manos o las piernas y en este tiempo que llevaba con Tiago eso no me había pasado. Pero ahora que me encontraba llendo a ver a mí ex no podía parar de temblar. Llegué al shopping y me costó poco encontrar a Cristopher porque lo vi apenas llegué parado mirando para todos lados. Cuando se giró y me vió empezó a caminar hacia mí. Se paró enfrente mío y vi que se acercó así que me alejé de el. Cristopher:hola Mia:hola Le hablé lo más cortante que pude. Cristopher:¿Cómo estás? Mía:bien Cristopher:¿Nos sentamos a comer algo? Siempre tenía hambre pero está vez lo que menos quería era comer. Mia: no, mejor nos quedemos acá parados, no me voy a quedar mucho, solo vine a qué me digas lo que me tenés que decir. El bajo un poco la cabeza. Cristopher:bueno Lo miré sin decir nada esperando que dijera algo. Cristopher:me enteré de que tenés novio. Mia:si Cristopher:¿Y como se porta? Mia:la verdad que muy bien. Cristopher:me alegro. Me dí cuenta que estaba nervioso, por eso le costaba tanto hablarme. Cristopher:vine a pedirte perdón Mia. Lo miré paralizada, quería decir algo pero no dije nada. Cristopher: perón por todo lo que te hice, me re equivoque y la re cagué pero perdón, yo a vos te re amo y sos la mujer a la que más amé en mí vida. Derepente los ojos se me llenaron de lágrimas otra vez. Cristopher:y la verdad es que desde que nos separamos no he podido estar bien, estoy re mal enserio, te re extraño y ya se que la cagué y no tengo ningún derecho a ser perdonado pero vos tenés derecho a saber que estoy re arrepentido. No sé que pasaba pero las palabras no me salían de la boca, intentaban salir pero se quedaban trancadas en mí garganta. El me miró a los ojos y vio que los tenía llenos de lágrimas.
