FALOFILIA

13. Pride

¿Qué suena tan temprano?

Después de una tranquila noche en la casa de los Yang, donde Jongseong durmió más que apegado al pequeño Jungwon, escuchaba el incesante sonido de algo lo molestó lo suficiente como para levantarse a ver que era.

Pero antes de eso aprecio el dulce rostro totalmente relajado frente a él, las delicadas hebras grisáceas se acomodaban con cuidado sobre los parpados cerrados de manera relajada, los lindos belfos rojizos del menor parecían demasiado tentadores para ser tan temprano, puesto que el sol apenas estaba saliendo.

Sería cruel despertarlo.

Con eso en mente se paro de la cama mirando con atención al lugar de donde podían originarse los sonidos, finalmente dio con el bolsillo trasero de su pantalón, era su móvil, lo sacó cuidadosamente y el objeto detuvo su vibración, gracias a eso la pantalla se iluminó mostrando las 50 llamadas perdidas, además de las decenas de mensajes que se encontraban en su bandeja de entrada, todas de una persona, su madre.

—¿Jay? ¿Qué haces despierto?— el peligris poco a poco se incorporó sobre la cama logrando ver la expresión perdida de Park en tanto miraba su móvil.—¿Jongseong?—

—¿Hm?— el castaño miró a su novio lentamente.

—¿Qué pasa?— Yang sabía que algo no estaba bien, los ojos del mayor estaban perdidos y parecía un niño pequeño.—Sabes que puedes decirme lo que sea— se levantó para posicionarse a un lado del más alto.

¿Qué tan malo puede ser?

—M-mi madre llamó ayer y hoy— el más bajo sonrío sin entender la razón del pánico contrario.—Debe estar preocupada— agregó tratando de relajarse.

—Llámala, no hay problema— Won pasó sus brazos por la cintura de piel blanquecina dándole confianza.

¿Qué escondes Jay?

Después de unos segundo se alejó para que el deportista contactara a su madre, en tanto él volvía a la cama, el otro se fue a sentar a su lado tratando de buscar la seguridad suficiente para hablar con la señora Park.

Marcó el número y esperó hasta que finalmente el tono de la línea se transformó en una respiración bastante severa.

—Hola mamá— dijo antes de ser regañado.

—Park Jongseong ¿Dónde te has metido? ¡Estuve tratando de hablar contigo por horas!— la voz al otro lado estaba bastante alterada.

Y no era para menos.

—Lo siento má, me quedé en la casa de mi amigo— se sintió culpable al dejar salir la última palabra.—No le presté atención al celular—

—Ay hijo— Yang río ligeramente con la situación.—¿Cómo estás?—

—Bien, acabo de despertar, apenas él despierte tomaremos desayuno—

—Que bueno cariño, recuerda decirle gracias a los padres de tu amigo por todo— el castaño miró con precaución a su novio, pero no detectó molestia o tristeza.

—Si má, ¿Estás en el trabajo?— preguntó en tanto acariciaba el suave cabello gris.

—Si, sabes que los turnos son algo complicados— río la mujer suavemente.

—¿A qué hora terminas?— preguntó sin pensarlo mucho.

—A las 5 pm estaré en casa— respondió algo curiosa.