FALOFILIA

4.Philia

Tiene que ser una jodida broma.

Maldijo Jungwon cuando no prendió el motor de su auto para ir a la escuela, queda demás agregar que sus conocimientos sobre mecánica eran nulos, por lo que no tenía ni la menor idea de que podía estarle pasando a su vehículo.

Por suerte había una parada de autobuses que lo llevaban hasta la escuela a solo una cuadra de su hogar, ya que Sunghoon no podía ir a dejarlo porque salió más temprano debido a unas reuniones en su trabajo.

Tratando de resguardar lo mejor posible su cuerpo se subió al gran vehículo, ya que su falda celeste, a pesar de ser muy bonita, podía dejar expuesto todo en un par de segundos, pero podía ocultarse por completo bajo su suéter y se apoyó contra una de las paredes para evitar malas experiencias.

Arreglará su auto apenas pueda.

Se bajó detrás de un grupo de estudiantes de su misma escuela, acomodó correctamente su ropa sabiendo que las miradas despectivas y obscenas ya estaban sobre él porque nadie puede meterse en sus propios jodidos asuntos.

Se volvió a repetir la rutina del día anterior y todos sus días, a excepción de la penetrante mirada que consiguió ayer de parte de Park.

Almorzar solo e irse solo.

Guardó todas sus cosas haciéndose la desagradable idea de que habría más estudiantes con él, pero solo tenía que escabullirse e ignorar, como suele hacerlo.

Esperó el autobús en la pequeña estación que había frente a la escuela tratando de organizar su tarde para divertirse más tarde, su día yendo horrible y llevaba meses sin sexo, por lo que la frustración sexual también comenzaba a irritarlo.

¡Me lo merezco!

Pensó restregando con ambas manos debido al cansancio, sacó su móvil para revisar sus redes sociales despreocupadamente y a los minutos llegó el vehículo deteniéndose frente al grupo de alumnos que Yang no se dio ni el tiempo de reconocer.

Al igual que en la mañana tuvo que esperar que todos entraran para hacerse espacio entre ellos, llegando finalmente a un pequeño lugar frente a la puerta que no se abría, concentrándose en el paisaje a sus afueras, mas se vio perturbado al momento en que alguien se puso detrás suyo, aunque le quitó importancia porque es algo común en el transporte público que las personas vayan así de juntas.

—Es enorme— murmuró solo escuchándose él mismo al hacerse ligeramente para atrás sintiéndolo de mejor forma.

Mierda, cálmate Won.

Tomó un profundo respiro para no ponerse duro por la simple imagen mental de montar una polla de ese tamaño después de tanto tiempo.

Lamentablemente el dueño de lo que tenía tan maravillado al peligris intentó alejarse, sin embargo, el autobús estaba lleno, por lo que no lo consiguió.

Estoy en problemas.

Pensó Jongseong aterrorizado porque Jungwon se diera vuelta y le pateara en la entrepierna por atreverse a rozar si quiera su ropa.

El más bajo cerró los ojos algo frustrado al darse cuenta quien era el chico detrás suyo.

¡No! ¡¿Por qué a mi?!

—¿Park?— sabía que no estaba equivocado, pero siempre quedaba algo de esperanza.

—De verdad lo siento Jungwon— el castaño estaba por salir corriendo debido a la vergüenza de la situación.

—¿Por qué te disculpas?— lo único que atinó a hacer Yang fue juguetear un poco al notar el temor del más alto.

No por odiar a Park tiene que odiar su polla.

—Estoy invadiendo tu espacio, no pienses que me quiero pasar de listo o algo por el estilo— la verdad es que Jay tenía las manos sudorosas por los nervios, pero hizo lo posible por responder tranquilamente.

—No me molesta, capitán— la risa fue suave y sensual.

El castaño no tenía la menor idea de lo que estaba pasando, incluso creyó que sus amigos habían echado algo a su agua cuando aún estaban en el salón, pero no le molestaba para nada la bella sensación de que su crush le hablara con algo más que desprecio.

—¿Seguro?— cuestionó aún inseguro de lo que acababa de escuchar.

—Muy seguro— el peligris se movió haciendo fricción entre su trasero y la entrepierna de Park sorprendiéndolo repentinamente.—De hecho— trató de ocultar el jadeo mordiendo su labio inferior con bastante fuerza.—Me gusta estar así— le mostró su hermosa sonrisa engreída al mayor.

El rostro de Jay se sonrojó fuertemente al no poder quitar la mirada de la expresión del menor, además de que su entrepierna se estaba poniendo dura por el tacto entre ambos cuerpos

Ambos se miraban cálidamente disfrutando de la comodidad de la atmosfera olvidando que estaban en un transporte público lleno de gente.

Gracias a lo que sea que está allá arriba.

Ambos se miraban cálidamente disfrutando de la comodidad de la atmosfera olvidando que estaban en un transporte público lleno de gente.

A los minutos Won se dio vuelta para quedar de frente ahora rozando sus entrepiernas con la ropa como obstáculo, compartieron conversaciones superficiales en tanto el transporte se iba vaciando lentamente.

—Oh, tengo que bajarme aquí— dijo distraídamente Yang al ver las calles conocidas a través de la ventana.

El de piel más clara aún estaba una parada más allá, sin embargo, eran solo dos cuadras caminando y al ser deportista no era un gran sacrificio en comparación a aprovechar unos minutos más al lado del peligris.

El más bajo presionó el botón para que el vehículo se detuviera en su parada, sabía que había algo raro en que el castaño se bajara en la misma parada, pero no le preocupaba.

—Mi casa está a una cuadra aún— Jungwon rio acomodando sus prendas.

—Te acompaño— ambos tenían que caminar en la misma dirección.

Al caminar no compartieron muchas más palabras, pero sus miradas se encontraban coordinándose y sintiéndose a gusto.

—Muchas gracias capitán— el peligris estaba en la puerta de su casa.

—No fue nada Jungwon— se sentía como en las nubes.

—Nos vemos mañana— abrió el cerrojo a punto de entrar.

—¡¡S-si!!...Quiero decir, nos vemos— trató de ocultar su emoción por las palabras prometedoras de parte de Won.

Finalmente vio como el de piel acanelada entró a su hogar, por lo que se dio medio vuelta para caminar hacia su inmueble con una duda bastante ilusa en mente.

¿Puede este día repetirse por siempre?

웃❤유